No. 25. Los dioses no conocen de sentimientos humanos

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Cale, el dios del tiempo. Tras siglos de una vida solitaria y monótona, un día encuentra a una pequeña criatura extraña herida. Lo toma a su cuidado, tiempo después descubre que es un demonio. Así que lo cuida en secreto. Le dio el nombre de Choi Jung Soo.




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Cuando el amo se enteró de sus pecados, Jung Soo quiso defenderse, escusar sus actos desesperadamente, porque no soportaba la mirada de decepción en esos ojos.

¿Quien podría soportar una mirada como esa de esos ojos?, una persona más fuerte, talvez, más sabía, más vieja, hecha de madera, pero no Choi Jung Soo, que había sentido que estaba hecho para el amo. El amo no escuchó sus escusas, lo encerró en su habitación con tantos hechizos que ni quisiera puede tocar la puerta. Lo esperó por mucho tiempo, negándose a comer hasta que su amo lo vea.

Pasan siete días completos antes de que Kim Rok Soo entre solo a la habitación. Choi Jung Soo se levanta a recibirlo.

"¡Amo, y-!".

Choi Jung Soo bajó la cabeza, su mejilla aún arde por la fuerte bofetada que recibió. Está infinitamente avergonzado y furioso.

Cale lo observa fríamente, sus ojos borgoña están apagados y apáticos.

"¿Sabes por qué te he golpeado?", cuestiona Cale.

Choi Jung Soo es apenas un niño, solo tiene quince años este verano y aún no comprende las reglas del mundo. Abre los labios, miles de palabras quieren salir de ellos.

"Porque te han dich-...". Se estremece ante una segunda bofetada que azota su mejilla, duele y las lágrimas cristalizan sus ojos oscuros, se siente humillado y tan tan enojado.

Su rostro es rudamente alzado, el fiero agarre en su barbilla es crudo y doloroso, se enfrenta a los ojos del ser al que llama amo y las lágrimas caen de su rostro. Cale está tan cerca de él, que puede sentir su aliento cálido rozar sus labios, está tan cerca que puede contar las pestañas de sus párpados de cristal.

"No me mientas", dice en un susurro. Choi Jung Soo ha dejado de respirar, el fuerte agarre ahora es casi placentero. "Sabes bien que no me gusta cuando mientes".

Choi Jung Soo gime, sonrojado y ahora erecto. Ni siquiera puede estar avergonzado porque su atención, su ser entero, se concentra en el hecho de que ha decepcionado al amo.

"¿Sabes porque te he golpeado?", se repite, suave y lentamente, aflojando su agarre, su mano cálida baja lentamente desde la mandíbula hasta el cuello de Choi Jung soo, roza su clavícula y acaricia lentamente su cuello. El chico jadea por el simple toque sobre la ropa, intoxicado y ansioso.

"Porque...porque maté a dos personas", jadea y un sollozo rompe su voz.

"De rodillas", ordena Cale, su voz no sufre cambios, su rostro sigue tan apático como antes de que siquiera lo tocase.

Choi Jung Soo cae de rodillas con un fuerte golpe. No aparta la mirada de su amo, sus ojos llorosos miran a Cale pero no se atreve a tocarlo, teme ensuciarlo, teme causar la más mínima perturbación en su piel de seda.

"Que bonito", una rara sonrisa curva los labios del dios. "Solo te he tocado un poco y ya estás en este estado humilde", se ríe, ese simple sonido pone a Choi Jung Soo tan rígido que empieza a ser doloroso. "¿Tanto deseas que este dentro de ti?". Sus dedos acarician la esquina de la boca del chico. Choi Jung Soo toma esos dedos en su boca, los succiona suavemente, disfrutando tener esos dedos dentro de él aún si solo es su boca.

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