No. 69. 8 de noviembre

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Lee Soo Hyuk y Choi Jung Soo murieron el 8 de noviembre y Rok Soo afronta cada aniversario lo mejor que puede.

Esta es la primera vez que no lo hace solo.

...pero eso no cambia nada.






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Alberu supo que estaba en su habitación incluso antes de entrar. Era una noche particularmente oscura, hacía frío y el viento soplaba tan fuerte que parecía acallar sus pensamientos, llovía fuerte y el viento traía un olor a tristeza.

Era un día especial.

Especial para Cale de una manera dolorosa.

Había una sensación en la habitación, de pesadez, de una abrumadora tristeza que le recordó a Alberu ese día, cuando su mamá murió.

Así que no dijo nada al ver todas las botellas vacías en el piso. Las que llenaban su mesa de café o como Cale había abiertos las puertas de su balcón, con el agua salpicando su rostro y el viento sacudiendo las cortinas. No, Alberu solo tomó el asiento frente a su hermano pequeño y tomó una botella, el alcohol raspó su garganta, era fuerte y fragante.

"El clima aquí es extraño", murmuró Cale, con la mirada perdida, lucido pero no ahí. "Donde nací, estaría nevando".

Con esa pequeña frase, Alberu pudo darse cuenta de que día era para Cale y sintió la pesadez en su corazón.

Así que bebió.

Bebieron y bebieron por mucho tiempo, la lluvia no paró en ningún momento.

Alberu creía que el cielo lloraba por Cale.

"Cale".

"Mn".

El pelirrojo no lo miraba, sostenía una botella y le daba largos sorbos, miraba el cielo tormentoso, como si fuese testigo de algo que Alberu no podía ver en esa profunda oscuridad.

"¿Aún duele?", egoísmo,  fue el egoísmo lo que le impulsó a hacer esa pregunta. "Después de todo este tiempo, ¿aún te duele?".

Era cansado, suplantar fantasmas, llenando sombras a las que realmente, no podría cubrir.

"Oh, no, realmente no lo recuerdo", dijo con una sonrisa tranquila. "Estoy bien".

Lucia tan tranquilo, su sonrisa era tan bonita, pero al ver la mirada en sus ojos, Alberu sintió un nudo en la garganta.

"C-Cale".

"¿Mn?".

"No es tu culpa".

Fue entonces, cuando Cale finalmente lo miró.

"Lo sé".

Por un momento, no pudo decir nada, apretó su agarre en la botella y la dejó sobre la mesa. "No es tu culpa".

El semblante de Cale no cambió ni por un instante. Ya no lo miraba, aún sonreía.

"Yo sé eso, hyung".

"No es tu culpa".

"Lo sé".

Alberu se encorvó, para estar más cerca, mirando esos ojos fijamente. "No, Cale", su voz casi se rompe. "Cale, no es tu culpa".

Sus ojos como llamas, parecieron apagarse. "Vine aquí porque no quiero hablar de eso", murmuró Cale.

Vine contigo porque creí que entendías...

Alberu sintió las lágrimas deslizarse por su propio rostro. "No es tu culpa".

"Hyung".

"No es tu culpa".

"Es hora de que te detengas", dijo Cale, temblando.

¿Por qué duele tanto?

Las lágrimas por un momento, cegaron a Alberu. "No es tu culpa".

El sonido del vidrio rompiéndose, lo despertó. Miró a Cale, su mano sangraba y la botella que había sostenido, estaba hecha pedazos en su alfombra.

"Estoy bien, solo...no sabía que sería tan dificil", volvió otra vez, esa sonrisa tranquila en la boca de Cale.

Alberu apretó sus labios temblorosos, ahogándose en la pena. El dolor que podía ver en esos ojos lo ahogaba.

¿C-Cómo alguien podía cargar tanto dolor en su espalda?

Podía verlo con claridad...

Esa sonrisa demasiado dulce era como veneno. "Realmente intenté salvarlos a todos, hyung", Cale volvió a mirar la lluvia. "De verdad lo intenté".

Pero lo peor no fue su sonrisa plástica.

O la negación.

O su enfermizo aferro a este día.

Fue que Cale no lloraba.

Alberu se preguntaba si era porque no recordaba como hacerlo.

O...

Tal vez pensaba que no tenía derecho a llorar.




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Ah, pelusa primero y luego un duro golpe de realidad para que no olviden que soy una bestia sin corazón.

Busque tu alma en 1000 mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora