Retazos

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"Es todo por hoy", declaró Ron mirándolo fijamente.

Cale siguió leyendo, los documentos apilados casi llegaban a su pecho. Sus hombros estaban caídos y se masajeaba la sien de vez en cuando, con los ojos entrecerrados y una mueca de disgusto en los labios.

"Puedes ir a descansar, Ron", le dijo sin alzar la cabeza. Pasó al siguiente papel, sin prestar mayor atención a sus alrededores.

"Es todo por hoy", repitió Ron, mientras su sonrisa se convertían lentamente en una fina línea.

Cale se estremeció, sintiendo un frío calar su espalda, con cautela, miró al anciano. Se encogió, como un ratón asustado, sus manos temblaron levemente y dejó los papeles en el escritorio, enderezando se en su asiento. "Está bien", murmuró, apartando la mirada.

Ron sonrió, con los ojos cerrados y el cuerpo engañosamente relajado. "Cenaremos juntos, si eso está bien para usted".

"Si, claro, claro", musitó, poniéndose de pie, se acercó a Ron, el anciano lo vio como un niño enfurruñado, era tan adorable.

Cubrió sus delgados hombros con un suéter esponjoso, alisando la tela sobre los hombros de Cale, lo sintió relajarse bajo su tacto.

"¿Nadie nos acompaña hoy?", preguntó Cale, cuando salió de su estudio y vio el pasillo vacío.

Ron cerró la puerta y guió a Cale con una mano en su espalda, listo para agarrarlo si intentaba desviarse del camino. "Son las dos de la mañana, por supuesto, no hay nadie".

"Tan tarde", dijo, notando que ni siquiera estaba encendidas las luces. "Ve a descansar, puedo comer solo".

"Tengo hambre", le respondió Ron, sonriente. "¿Me permite acompañarlo?".

"...has lo que quieras".

Sirveme, márchate, después de todo, ya no hay nada que pueda ofrecerte. Cale se estaba preparando, sabía que no debía acostumbrarse, así que había empezado a prepararse, para el día que despertara y Ron y Beacrox se hubiesen ido. Extrañaré su comida. Cale se detuvo y miró a Ron. El anciano también dejó de moverse y lo miró, sin apartar la mano de su espalda.

"¿Qué sucede? ¿Realmente quieres comer sin mi?", preguntó, con diversión.

"Te extrañaré cuando te aburras y te vayas", confesó con el rostro en blanco y los ojos pesados, entonces reanudó su camino, sintiéndose tan cansado y solo, quería irse a dormir, no extrañaba a nadie mientras dormía, no sentia nada, quería apagar este sentimiento pesado en su pecho. Realmente dolerá cuando se vaya...

Ron bajó su brazo lentamente, mirando la espalda delgada de su muchacho, apretó las manos hasta formar un puño apretado. "Nunca dejaría un hijo atrás".

Pero Cale no lo escuchó.






Pero Cale no lo escuchó

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