MOONLIGHT - MIN YOONGI [MONOCHROME ONE]

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—Me diseñaron cinco vestidos, el que nos guste más será el que utilizaré en la boda, de resto, serán para la sesión.

Yoongi asintió, admirando como ese pequeño vestido blanco que llevaba se ajustaba a sus curvas, era uno de esos días, la belleza de Jinjoo no hacía más que distraerlo de todo lo demás, no le molestaba en lo absoluto, sin embargo, sentía que perdería la cabeza.

—Yoongi —llamó ella.

—¿Si, amor? —respondió al reaccionar.

—¿Estás bien?

—Si, sólo que, te ves muy hermosa hoy.

—¿Sólo hoy?

—Todos los días —suspiró —¿Qué hiciste diferente hoy?

—Absolutamente nada —rio —Quizás me extrañaste mucho.

—Si, extrañe tu rostro, tu cuerpo, tu risa, tu dulce mirada, cielos, Park Jinjoo, ¿Qué hare contigo? —la miró de arriba abajo, pasando a morderse el labio inferior, la chica soltó una risa.

—Nada, ya que debemos irnos.

—Mierda —rio —No tienes que decirlo de esa forma.

—Esto es divertido —admitió ella, tomando su mano —Anda, esto va a tardar, es mejor llegar antes.

—¿Va a tardar?

—Amor —lo regañó.

—Tuve que haber llegado ayer, no el mismo día —se quejó —¿Qué será de mi?

—Min —le dio un empujón juguetón.

—Te quiero hacer el amor ahora mismo.

—¡Yoongi! —se rio.

—Lo siento, lo siento, ese vestido se te ve muy lindo, si pensé lo que dije pero no lo quería decir.

—Basta —tomó su muñeca para así llevarlo al garaje —Yo conduzco, para que tomes una siesta.

—No creo poder tomar una siesta, pero acepto.

La chica se quito los tacones al subir al auto, pasandoselos a su prometido que se sentía ofendido de lo hermosa que se veía haciendo cada mínimo movimiento.

—¿Ahora estás molesto? —cuestionó ella, sabía que no era eso, ya que miraba sus piernas embobado.

—¿Manejaras descalza?

—Intenta manejar en tacones.

—No creo que podría caminar con zapatos así, pero me vería muy alto.

—¿Qué ves?

—Nada, nada.

—No sé si quiero saber —giró a mirarlo, notando su rostro ruborizado, lo que le confirmaba que tenía pensamientos sucios en ese instante, lo conocía bien —Que lindo eres, prometido.

—Gracias —musitó.

—¿Qué piensas al mirarme así, ah? Pórtate bien, te estás pareciendo a mi.