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Capítulo 20: El regreso a Tokio

El vuelo hacia Tokio fue una mezcla de nervios y emociones. Mientras el avión surcaba el cielo, sentía que cada kilómetro que recorría era un paso más hacia Ken. No podía dejar de pensar en la última vez que lo vi, en la forma en que sus ojos brillaban con orgullo y tristeza a la vez. Sabía que la despedida que tuvimos no era un final, sino un preludio de algo más grande que ambos debíamos enfrentar. Mis sentimientos eran innegables, a pesar de que parte de mi memoria seguía atrapada en el pasado.

Al aterrizar, el bullicio del aeropuerto me recibió con su energía vibrante. Había algo reconfortante en la familiaridad de Tokio, y mi corazón palpitaba al recordar que Ken había estado aquí todo este tiempo, esperando. Me sentía decidida; no iba a dejar que la distancia nos separara de nuevo. Así que, con una mezcla de determinación y un poco de ansiedad, me dirigí a la dirección que tenía guardada en mi mente.

Cuando finalmente llegué a su casa, tomé una respiración profunda y llamé a la puerta. El sonido resonó en el silencio del pasillo. Podía sentir mi corazón latir con fuerza mientras esperaba. Pasaron solo unos segundos que se sintieron como una eternidad, y de repente, la puerta se abrió.

—Elisa... —dijo Ken, su voz llena de sorpresa. Sus ojos se abrieron de par en par, y pude ver cómo su expresión cambiaba de asombro a alegría.

Pero antes de que pudiera pronunciar una sola palabra, levanté una mano para detenerlo.

—Ken, no quiero que hables. No quiero que digas nada todavía —le dije, sintiendo la urgencia de mis emociones.

Ken frunció el ceño, pero su sorpresa pronto se desvaneció, reemplazada por la atención que me había dado tantas veces antes.

—Elisa, ¿qué estás haciendo aquí? Esto es una sorpresa increíble, pero...

—¡Por favor! —interrumpí, casi implorando—. Escúchame. No recuerdo mucho de lo que pasó entre nosotros, de lo que significamos el uno para el otro, pero lo que siento por ti es real. Es más fuerte que cualquier cosa que haya experimentado. Desde que te fuiste, no he podido dejar de pensar en ti. Y no sé cómo explicarlo, pero no puedo estar lejos de ti.

La sinceridad de mis palabras pareció calar hondo en él. Sus ojos, que alguna vez reflejaron preocupación y tristeza, ahora brillaban con una mezcla de esperanza y amor.

—Elisa... —dijo lentamente, acercándose un poco, pero manteniendo su distancia como si temiera que se desvaneciera.

—No sé cómo buscar la ayuda de tu padre y la tuya, ni recuerdo lo que pasamos juntos mientras me ayudaban a recuperar mis poderes. Pero sé que estoy aquí porque los sentimientos golpean con fuerza para salir. No quiero seguir adelante sin ti. No puedo dejar que lo que teníamos se pierda entre la confusión de mis recuerdos.

Sus ojos se llenaron de emoción, y vi cómo su pecho se elevaba mientras inhalaba profundamente.

—Yo también he pensado en ti, Elisa. Desde el día en que te fuiste, he estado deseando una oportunidad para que estemos juntos —dijo Ken, su voz ahora cargada de emoción.

Las palabras parecían resonar en el aire entre nosotros, y la tensión que había estado acumulándose finalmente estalló en una conexión palpable.

—Te he amado durante tanto tiempo —continuó, acercándose un poco más—. No solo por lo que eres como Astrogirl, sino por la persona increíble que eres. Te he visto luchar, sufrir, y salir adelante. Te admiro profundamente.

Una mezcla de alegría y tristeza llenó mi corazón al escuchar su sinceridad. A pesar de mi pérdida de memoria, de mi confusión, de las dudas que aún persistían, sabía que lo que sentía por él era genuino.

—Ken, yo también... —mi voz temblaba, las palabras eran difíciles de formar, pero las sentía en lo más profundo de mí—. Creo que estoy enamorada de ti.

Antes de que pudiera seguir, Ken dio un paso hacia adelante, cerrando la brecha entre nosotros. Con una ternura que nunca había visto en él, levantó su mano y acarició suavemente mi rostro.

—Desde hace tiempo he deseado que esto sucediera, pero siempre creí que sería un sueño inalcanzable. Nunca imaginé que podríamos tener una segunda oportunidad —dijo, su voz apenas un susurro.

Luego, con un movimiento suave, se acercó más, capturando mi mirada. En un instante, sus labios tocaron los míos. El beso fue dulce y delicado, como un susurro de lo que podía ser. Sentí cómo mis nervios se desvanecían, reemplazados por un torrente de emociones que habían estado reprimidas durante demasiado tiempo.

El beso se profundizó, y mi mundo se sintió como si finalmente encajara en su lugar. Todo lo que había estado luchando, toda la confusión y el miedo, se desvanecieron en la calidez de su abrazo. Era como si nuestras almas se reconocieran, como si todo lo que habíamos pasado juntos, incluso en la distancia, nos hubiera llevado a este momento.

Cuando finalmente nos separamos, ambos estábamos respirando con dificultad, nuestros rostros a escasa distancia. Miré en sus ojos, buscando respuestas y encontrando solo amor.

—No puedo creer que realmente estés aquí —dijo Ken, sus palabras llenas de incredulidad y felicidad.

—Y no planeo irme otra vez. —respondí, mi voz firme—. Quiero estar contigo, quiero aprender a recordar todo lo que perdí, pero más que eso, quiero construir nuevos recuerdos a tu lado.

Ken sonrió, una sonrisa que iluminaba su rostro, y sentí que era mi turno de acercarme.

—Quiero mostrarte Tokio —dijo, tomando mi mano—. Hay tanto que quiero compartir contigo, y no solo la ciudad. Quiero que compartamos nuestra vida.

Asentí, sintiendo que, aunque había perdido tanto, también había ganado mucho. Había recuperado a Ken, y eso significaba más que cualquier poder o recuerdo perdido.

A medida que salimos de su casa y nos adentramos en la vibrante vida de Tokio, cada paso que daba junto a él era un paso hacia un nuevo comienzo. Las luces brillantes y el bullicio de la ciudad no se comparaban con la luz que él traía a mi vida. Sabía que el camino no sería fácil, que habría desafíos y obstáculos por superar, pero estaba lista.

Porque ahora, no estaba sola. Tenía a Ken a mi lado, y juntos enfrentaríamos cualquier cosa que la vida nos lanzara.







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Con este emotivo capitulo terminamos la historia, espero les haya gustado :) nos vemos en otra historia.

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⏰ Última actualización: Sep 29 ⏰

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Soledad de Tinta Gris | Ken Sato/ ULTRAMANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora