Capítulo 1: Una Ciudad en Crisis
La noche en Vancouver era fría y el cielo estaba cubierto de nubes grises, como si presagiara la tormenta que se desataría a continuación. El rugido del monstruo del mar se escuchaba a lo lejos, y la gente corría en pánico por las calles, buscando refugio de la criatura que había emergido del océano. Yo, Elisa Hansen, conocida como Astrogirl, había sido llamada para enfrentar el caos.
Me encontraba en la cima de un rascacielos, observando el monstruo que avanzaba por la ciudad. Era una bestia de escamas grisáceas y ojos ardientes, sus zancadas pesadas hacían temblar el suelo. Sabía que tenía que actuar rápidamente para evitar una mayor devastación.
—¡Es hora de detener esto! —murmuré, transformándome en Astrogirl. Mis poderes me envolvieron en un resplandor azul, y me lancé al suelo con una fuerza impresionante. El impacto creó una onda de choque que hizo que las ventanas de los edificios cercanos se sacudieran.
El monstruo me vio al instante y su rugido fue más ensordecedor. Corrí hacia él, preparándome para el primer golpe. Mi traje resplandecía mientras me acercaba, los puños cargados con energía. Pero al dar el primer golpe, algo no estaba bien. Mi poder parecía debilitarse, y el resplandor de mi traje comenzó a desvanecerse.
—¡No! —exclamé, intentando mantener mi concentración. El monstruo contraatacó con un zancajo brutal, y sentí el impacto en mi torso. La energía que solía fluir a través de mí estaba fallando, y con cada ataque que recibía, me sentía más débil.
A pesar de mis esfuerzos, cada vez que intentaba usar un ataque más fuerte, mis poderes simplemente se disipaban. Mi capacidad de absorber energía se estaba volviendo ineficaz. Sentí que el suelo bajo mis pies se tambaleaba. El monstruo aprovechó mi debilidad y me lanzó contra un edificio, rompiendo mi forma gigante. Caí al suelo, desorientada y con dificultades para respirar.
—Debo acabar con esto antes de que sea demasiado tarde —murmuré, con el dolor abrumador nublando mi mente. Me esforcé por levantarme, usando mis últimos fragmentos de poder para lanzar una onda de energía. El monstruo, debilitado pero aún en pie, se tambaleó y finalmente cayó, derrotado.
Pero la victoria tenía un alto precio. Mi forma de Astrogirl se desvaneció, y me encontré de vuelta en mi forma humana, tambaleándome por la debilidad y el dolor. Me arrastré hasta un lugar seguro, sintiendo cada músculo de mi cuerpo dolido. La realidad era dura: mis poderes no estaban funcionando como solían hacerlo. Necesitaba ayuda y la única esperanza era encontrar a Ultraman.
Sabía que Ultraman tenía un vínculo con Japón, específicamente con un profesor llamado Hayao Sato. La noticia me llegó después de una exhaustiva investigación en línea. Sabiendo que tenía que actuar rápido, abordé un avión con destino a Tokio, desesperada por encontrar respuestas. La travesía fue agotadora, y el cansancio acumulado me pesaba en cada paso.
Finalmente, llegué a Tokio y me dirigí a la casa del profesor Hayao Sato. La residencia estaba en un vecindario tranquilo, pero al acercarme, vi que el edificio parecía más un laboratorio que una casa. La puerta estaba abierta y al entrar, me recibió un hombre mayor con cabello canoso y una expresión de sorpresa.
—¿Puedo ayudarte en algo? —preguntó el profesor Sato, con una mezcla de curiosidad y preocupación en su voz. —Soy Hayao Sato. ¿Qué te trae a mi hogar?
—Me llamo Elisa Hansen —dije, tratando de mantener la compostura. —He venido porque necesito tu ayuda. He oido que tal usted pueda ayudarme o que conozca que pueda hacerlo.
El profesor Sato frunció el ceño, su mirada se suavizó cuando vio mi estado debilitado.
—Entiendo. Pasa, por favor. —dijo, señalando la entrada a su casa. —Mi hogar también funciona como un laboratorio, así que prepárate para un poco de caos.
Me dirigí a través de un laberinto de artefactos y equipo técnico, apenas encontrando espacio para caminar. La casa estaba repleta de instrumentos científicos y equipos que no conocía. Era un lugar donde la ciencia y la tecnología se entrelazaban en un caos organizado.
—Tal vez me conozca o tal vez no, pero soy Astrogirl...
—¡Protectora de Vancouver! —dijo con emoción el profesor.
—Así que me conoce.
—Eres una gran guerrera, ¿en que puedo ayudarte?
—Mis poderes están fallando, no logro mantenerme de pie con los poderes, ellos... simplemente se desvanecen con solo usarlos minutos, se que usted es cercano del superheroe Ultraman.
—Déjame decirte un secreto, no soy cercano a Ultraman, yo soy él... bueno estoy retirado de eso pero mi hijo continua con mi legado, el es el nuevo Ultraman y es muy emocionante conocer a alguien mas con poderes y no te preocupes, te ayudaré en todo lo que pueda.
El profesor se quedó pensativo por unos segundos.
—Aquí no tengo las herramientas necesarias para escanear tu salud, vamos a la casa de mi hijo, allá está mi asistente inteligente, Mina.
El profesor me llevó en su auto a un lugar remoto de la cuidad donde una gran casa lujosa era vistosa.
—Ken, te presento a Elisa, ella necesita de nuestra ayuda, necesito a Mina.
—Encantado de conocerte, Elisa —dijo Ken, con una sonrisa amable.
Ken nos dejó entrar a su casa. Ken Sato, el hijo del profesor. Era un joven de cabello oscuro y ojos inquisitivos. Aunque no sabía quién era yo al principio, el profesor le explicó que era Astrogirl y que necesitaba su ayuda.
—Esta es nuestra asistente robótica, Mina, puede escanearte y determinar el problema con tus poderes —explicó Hayao Sato.
Nos dirigimos a la parte baja de la casa, donde se encontraba el área de entrenamiento. Allí, Mina apareció: una esfera metálica con una interfaz digital en su superficie. Sus luces parpadeaban mientras flotaba en el aire.
—¿Qué es esto? —pregunté, sorprendida por la apariencia del robot.
—Mina es un asistente robótico especializado en análisis de energía —explicó Ken. —Ella debería poder encontrar el origen del problema con tus poderes.
El profesor me indicó que me subiera a una plataforma. La plataforma estaba equipada con sensores y un campo de energía que pulsaba suavemente. Me transformé en Astrogirl, esforzándome por mantener la forma, pero a medida que lo hacía, el resplandor de mi traje comenzó a parpadear y a desvanecerse.
—Mantente transformada el mayor tiempo posible —dijo el profesor. —Mina, comienza el análisis.
Mina emitió una serie de luces y zumbidos mientras comenzaba a escanearme. El tiempo parecía dilatarse mientras el escáner revisaba mi forma. Sin embargo, en cuestión de segundos, el resplandor de mi traje se volvió más tenue hasta que se desvaneció por completo. Me encontré de nuevo en mi forma humana, agotada y con dolor.
—No... no puedo —murmuré, sintiendo un dolor punzante en cada rincón de mi cuerpo. Me desplomé en el suelo, tosiendo sangre. El esfuerzo había sido demasiado.
—¡Elisa! —Ken se acercó rápidamente, su rostro lleno de preocupación. —¡Estás herida!
—No... no necesito tu ayuda —dije con dificultad, intentando levantarme. —Puedo hacerlo sola.
—No deberías moverte —insistió Ken, extendiendo una mano para ayudarme. Pero yo luché por levantarme a pesar del dolor.
Sentí un mareo abrumador, y al ponerme de pie, noté que mi boca sangraba. Mis fuerzas se agotaban rápidamente, y el dolor se volvía insoportable. Finalmente, la oscuridad se apoderó de mí y me desmayé.
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Soledad de Tinta Gris | Ken Sato/ ULTRAMAN
Fiksi PenggemarElisa Hansen, conocida como Astrogirl, busca al legendario Ultraman en Japón para resolver un misterioso problema con sus poderes. Desesperada por proteger Vancouver de monstruos y amenazas, se hospeda con el científico Hayao Sato y su hijo Ken. Mie...