Capítulo 6: Sombras del Pasado
Pasaron algunas semanas, y en ese tiempo, me atreví a salir para conocer Tokio por mi cuenta. Necesitaba aire, necesitaba sentirme viva fuera de mi traje de Astrogirl, aunque fuera por unas pocas horas. La ciudad era vibrante, llena de luces y sonidos, y me perdía en sus calles, disfrutando de la libertad que me daba estar en un lugar donde nadie me conocía. Caminaba sin rumbo, observando a la gente apresurarse, sumergida en sus propias vidas. Me hacía sentir menos sola, como si mi dolor se diluyera en el anonimato de la multitud.
Ken había estado ocupado. Muy ocupado. Sus entrenamientos para el siguiente campeonato y su incansable misión de salvar el mundo parecían consumir todo su tiempo y energía. Últimamente lo veía menos y, cuando lo hacía, siempre estaba agotado, con ojeras bajo sus ojos y sus hombros caídos por el peso del cansancio. Nuestra vida, la de los superhéroes, no es fácil. Siempre hay una amenaza, un peligro, una llamada urgente a la que responder. Y aunque entendía sus responsabilidades, no podía evitar sentirme cada vez más aislada.
En las noches, cuando la casa estaba en silencio y el mundo exterior se apagaba, tomaba mi bitácora y comenzaba a anotar todas mis confrontaciones con los monstruos que habíamos enfrentado. Eran registros meticulosos, llenos de detalles que solo un soldado en el frente de batalla podría entender. Después de escribir, enviaba la información al padre de Ken, quien la utilizaba para investigar que tipo de energía utilizaba ese monstruo y así encontrar al responsable de mi padecimiento.
Esa noche, en particular, me sentía más decaída que de costumbre. No podía dormir. Mi mente no dejaba de dar vueltas en torno a las mismas preocupaciones, los mismos miedos. Me levanté de la cama en silencio, tratando de no hacer ruido, y me dirigí a la sala. Encendí el televisor, buscando algo que distrajera mi mente. Pasé de canal en canal, sin realmente prestar atención a lo que veía, solo esperando que algo, cualquier cosa, lograra calmar el torbellino de pensamientos que me asediaba.
Las horas pasaron lentamente, y pronto la madrugada llegó. Seguía sin poder dormir. Sentía los ojos pesados, pero mi mente seguía alerta, incapaz de relajarse. De repente, escuché un ruido suave detrás de mí y me giré para ver a Ken de pie en la entrada de la sala. Su rostro estaba iluminado por la luz tenue del televisor, y aunque se veía tan cansado como siempre, había una preocupación sincera en sus ojos.
—¿Insomnio, eh? —dijo con suavidad, como si no quisiera asustarme.
Di un pequeño respingo, más sorprendida por su presencia que por sus palabras.
—Sí, algo así —murmuré, apagando el televisor. Lo observé mientras se acercaba y se sentaba en el sofá, a un metro de distancia de mí. Sentí su mirada fija en mí, cálida y comprensiva.
—¿Todo bien? —me preguntó con cautela, como si temiera que pudiera romperme en cualquier momento.
Miré al suelo, intentando ordenar mis pensamientos antes de responder. Sabía que estaba siendo sincero, que realmente le importaba cómo me sentía, pero también sabía que mi respuesta no sería simple.
—No es una buena temporada para mí —dije finalmente, mi voz apenas un susurro.
Ken asintió lentamente, sin apartar la vista de mí.
—Tranquila —dijo, su voz firme pero reconfortante—. Mi padre encontrará la manera de ayudarte. Siempre lo hace.
Sacudí la cabeza lentamente, sintiendo un nudo formarse en mi garganta.
—No hablo sobre eso... —me detuve unos segundos, sintiendo el peso de lo que estaba a punto de decir. Ken permaneció en silencio, dándome el espacio para continuar.
ESTÁS LEYENDO
Soledad de Tinta Gris | Ken Sato/ ULTRAMAN
FanfictionElisa Hansen, conocida como Astrogirl, busca al legendario Ultraman en Japón para resolver un misterioso problema con sus poderes. Desesperada por proteger Vancouver de monstruos y amenazas, se hospeda con el científico Hayao Sato y su hijo Ken. Mie...