ACTO 1
La hija del miedoEn un rincón oscuro de la ciudad de Breda, la casa de los Verstappen parecía un lugar de ensueño para cualquier niño. Sin embargo, tras sus muros, se ocultaba un mundo que pocos podían imaginar. Desde pequeña, Sophie Emma Verstappen sintió que el ambiente en el que crecía era diferente. Mientras sus compañeros jugaban y reían, Sophie aprendía a manejar su miedo, a contener las lágrimas y a ser fuerte. Su padre, Jos Verstappen, un piloto de carreras con un temperamento tan ardiente como un motor en plena aceleración, había decidido que su hija sería su gran obra maestra, su proyecto más ambicioso.
Sophie tenía solo cinco años cuando su padre comenzó a mostrarle los secretos del automovilismo. Recorrían los circuitos en su viejo kart, un vehículo que había sido más bien un trozo de chatarra para la mayoría, pero que para Jos era una herramienta perfecta para pulir el talento que veía en su hija. Era una niña brillante, llena de energía, y su padre se aseguraba de que esa energía se canalizara de la manera correcta. Las horas pasaban entre el rugido de los motores y el chirriar de los neumáticos en el asfalto.
“Si quieres ganar, Sophie, tienes que ser la mejor”, le decía Jos, su mirada fija y autoritaria como el horizonte lejano que se alcanzaba a ver desde la pista. Sophie asentía, sintiendo la presión en su pecho como un peso que la empujaba hacia adelante. Su padre no toleraba la mediocridad; el éxito era la única opción.
A medida que pasaban los años, la relación entre padre e hija se transformó en un juego de luces y sombras. Las risas se convertían en gritos y los abrazos en reproches. A medida que Sophie avanzaba en las competiciones de karting, la exigencia de Jos se tornaba cada vez más feroz. Un día, después de una carrera en la que Sophie había quedado en segundo lugar, su padre le gritó con una rabia que reverberó en su pecho.
“¡No te esfuerzas lo suficiente! ¡No eres una campeona si no puedes ganar!”.
Las palabras de Jos se clavaron en su mente como una espina. Con cada derrota, la presión aumentaba. Sophie empezaba a dudar de su valía, cuestionándose si realmente tenía el talento necesario o si simplemente era un proyecto fallido en manos de un hombre que había apostado todo por ella. La sombra del miedo se hizo más intensa y comenzó a entrelazarse con su vida. No solo debía ganar; debía demostrar que era digna del amor y la atención de su padre.
Sin embargo, había momentos de luz en su infancia. Recuerdos de días soleados en el kartódromo, donde la risa de su hermano, Max, resonaba a su alrededor. Él era su cómplice en las travesuras, la persona con la que podía soñar en grande. Max siempre la animaba, le decía que podía lograrlo todo. Pero incluso esas pequeñas luces se apagaban cuando Jos aparecía, regresando a la fría realidad de la competencia.
Con el tiempo, la presión se volvió más agobiante. Sophie se encontraba en una batalla constante entre el deseo de complacer a su padre y su propia identidad. Al llegar a la adolescencia, comenzó a convertirse en una joven talentosa y decidida, pero cada triunfo era eclipsado por la necesidad de recibir la aprobación de Jos. Cualquier error se convertía en una tragedia, y su padre no dudaba en recordárselo.
ESTÁS LEYENDO
Who's Afraid of Little Old Me? ▬▬ Checo Pérez
Fiksi PenggemarPorque, al final del día, una joya no necesita permiso para brillar. Simplemente lo hace.