La joya de la Fórmula 2
Año: 2010-2012Sophie Verstappen caminaba por el paddock de Fórmula 2 con una expresión imperturbable. Era su primer día en la categoría, y aunque los murmullos sobre ella habían comenzado incluso antes de que subiera a un monoplaza, ella no prestaba atención. Ya había demostrado en Fórmula 3 que estaba hecha para la velocidad, pero lo que venía ahora era aún más grande. No solo debía seguir superando a su hermano Max, sino también a cualquier piloto que se le pusiera enfrente.
Había un nuevo apodo que comenzaba a resonar entre los equipos y los medios: "La Joya." Un nombre que sugería algo valioso y raro, como si Sophie fuera una pieza única dentro del circo automovilístico. Sin embargo, ese apodo no solo hacía referencia a su talento excepcional, sino a su actitud fría e impenetrable. No mostraba ni alegría ni frustración, solo una inquebrantable determinación.
-La Joya... -escuchó a uno de los mecánicos susurrar mientras pasaba junto a ellos-. Dicen que no siente nada, ni siquiera cuando gana.
Sophie se detuvo un segundo, pero no mostró reacción alguna. Se había acostumbrado a esos comentarios. En su mundo, las emociones eran vistas como una debilidad, algo que su padre le había inculcado desde pequeña.
-Sophie, ¿lista para otra victoria? -preguntó su ingeniero mientras ajustaba su casco-. No creo que haya nadie en esta parrilla que pueda seguirte el ritmo.
-No se trata de ganar o perder -respondió ella con frialdad-. Se trata de hacer lo que sé hacer mejor.
El ingeniero asintió, aunque sabía que detrás de esas palabras había mucho más de lo que Sophie dejaba entrever. Había algo en su forma de correr que la diferenciaba del resto. No era solo la velocidad, ni su precisión en las curvas. Era su capacidad de bloquear cualquier emoción que la distrajera. Mientras los demás pilotos lidiaban con la presión, Sophie la absorbía y la convertía en combustible.
La carrera comenzó, y como era de esperarse, Sophie lideraba desde las primeras vueltas. La pista era suya, y no había competidor capaz de amenazar su posición. Su conducción era impecable, casi quirúrgica, cada curva, cada adelantamiento era calculado al milímetro. Mientras sus rivales luchaban por mantener el ritmo, Sophie simplemente ejecutaba lo que sabía hacer mejor: ganar.
En la radio, su equipo le daba instrucciones, pero Sophie apenas los escuchaba. Estaba en "la zona," ese estado mental donde nada más importaba que el siguiente segundo, el próximo movimiento. No había espacio para el error.
-Sophie, estás diez segundos por delante del segundo lugar -anunció su ingeniero emocionado-. Solo mantén el ritmo.
Pero para Sophie, mantener el ritmo no era suficiente. Siempre quería más. Más velocidad, más precisión, más distancia entre ella y los demás. No le importaba el trofeo, ni las cámaras, ni las felicitaciones. Lo único que importaba era la perfección.
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Who's Afraid of Little Old Me? ▬▬ Checo Pérez
FanficPorque, al final del día, una joya no necesita permiso para brillar. Simplemente lo hace.