CAPITULO 19

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—¿Cuándo fue que volviste? — preguntó Jiang Cheng, su voz áspera — viniste a asegurarte de que sea miserable — dijo con voz sarcástica — mmff pues ya lo viste perdí lo que siempre había anhelado.

Lan Wangji mantuvo su mirada fija en él, su expresión aún serena, aunque sus ojos mostraban un atisbo de nostalgia, algo que Jiang Cheng no había visto antes en HanGuang-jun.

—Volví el día después de haberme casado con Wei Ying— respondió Lan Wangji, con esa calma inquebrantable que lo caracterizaba. Sin embargo, había un ligero temblor en su voz, extendió lentamente sus manos, mirándolas por un breve momento antes de cubrir su rostro con ellas, como si buscara ocultar algo que no podía expresar con palabras —Al principio, creí que solo era un sueño... una ilusión que había creado con mis propios deseos...Pero no lo era. Había vuelto.

Con un suspiro largo y agotado, Jiang Cheng bajó su espada, retirándola del cuello de Lan Wangji. —Le contaste a Wei Ying?¿Le dijiste que retrocediste en el tiempo?

Lan Wangji negó con la cabeza lentamente, bajando las manos y dejando su rostro al descubierto —No... me di cuenta que cambiaron varios eventos.

Lan Zhan le dijo que se dio cuenta que cuando volvió se dio cuenta que varias cosas habían cambiado, su mente estaba confusa al inicio pero, tras hacer memoria entendió que alguien había cambiado la línea de tiempo, y la actitud de Jiang Cheng también había cambia en todo sentido, llegando a la conclusión que Jiang Cheng había vuelto también.

—Creí que nunca te divorciarías de Xichen.

Jiang Cheng soltó una risa amarga, casi inaudible —En mi vida anterior... le guardé rencor a Xichen. No pude perdonarlo por negar a nuestro hijo. Me aferré a ese rencor... a esa rabia. Y odiaba verlo siendo feliz con Jin Guangyao. Pero en esta vida, ya no había necesidad de aferrarme a él, lo único que me importaba era mi hijo.

Involuntariamente, su mano se posó sobre su abdomen vacío, como si todavía pudiera sentir la vida que una vez había llevado dentro. Una amarga sonrisa curvó sus labios —Jingyi... —murmuró, casi para sí mismo, acariciando su vientre.

Lan Zhan permaneció inmóvil, dejando que el silencio se asentara entre ellos. Sabía lo que era perder a alguien amado, pero Jiang Cheng no había perdido solo una vida. Había perdido una parte de sí mismo que nunca podría recuperar, sin importar cuántas veces volviera al pasado.

—sabes siempre he querido preguntarte ¿Por qué me odiabas tanto? me odiabas desde el primer día que pise Gusu.

—Xichen siempre sonreía pero desde que se casaron él ya no era el mismo, sabía que tenía sentimientos por Jin Guangyao, pero no podía estar con el porque se casó contigo. Odiaba ver que arruinabas su felicidad.

—entiendo, a tus ojos yo era el villano, quien le arrebato la felicidad de tu hermano, pero él tenía la opción de negarse y no lo hizo.

—los ancianos lo obligaron a casarse.

—entonces solo dirigiste tu odio hacia mí, mi vida en Gusu fue muy solitaria, nadie me reconocía como Madam Lan pero aun así, hice todo lo posible para agradarles, pero para todos solo era un hipócrita y caprichoso, aun así no los odiaba, aun cuando me despreciaban.

—fui un inmaduro, lo siento.

—ahora ya no tiene importancia.

—lamento lo que hice la última vez que nos vimos, fue un error que cometí por impulso.

—...¿realmente lo lamentas?

—si. Lamento mucho lo que hice —respondió seguro de sus palabras —. Recuerdo ese día... Fui a los Tumbos Funerarios, encontré varias cartas que había dejado, cartas que nunca fueron enviados, en ellas, Wei Ying se disculpaba por haberse ido de Yunmeng, , por abandonar la secta Jiang para salvar a los remanentes Wen. En esas cartas, él intentaba explicarte sus razones, aunque sabía que te había roto el corazón.

REEMPLAZANDO EL PASADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora