CAPITULO 21

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Pasaron varios días desde que Jiang Cheng les quito el poder a los del consejo, y sus cambios comenzaron a notarse en cada rincón de Yunmeng. Bajo su dirección, el entrenamiento de los discípulos se volvió mucho más estricto. Los jóvenes cultivadores empezaron a sentir el rigor de las nuevas prácticas, diseñadas para llevarlos al límite y fortalecer tanto sus cuerpos como su mente.

Jiang Cheng supervisaba cada entrenamiento personalmente, corrigiendo posturas, evaluando técnicas y exigiendo más de cada uno de ellos. No toleraba excusas ni medias tintas. Durante el entrenamiento un discípulo cayo exhausto al suelo, Jiang Cheng se acercó.

—Levántate —ordenó— No hay lugar para la debilidad en esta secta. Cada uno de ustedes debe ser capaz de proteger a Yunmeng y su familia con su vida. Si no están dispuestos a hacer el esfuerzo, pueden marcharse.

El discípulo, aun jadeando, apretó los dientes y se levantó, sin mostrar intención de rendirse. Era evidente que Jiang Cheng lograba inspirar en ellos el mismo espíritu de resistencia que él mismo había cultivado. Sabía que estaba formando una generación de guerreros que serían leales y fuertes, y que llevarían el honor de la secta Yunmeng con orgullo.

Al caer la tarde, el clima comenzó a enfriarse y una llovizna fina empezó a cubrir Lotus Pier. Jiang Cheng, había decidido llevarle algunos medicamentos a Wei Wuxian. Además, había preparado unos aperitivos con la esperanza de levantarle el ánimo a su hermano, como en los viejos tiempos. Entró con cuidado a la habitación de Wei Wuxian, deseando que su presencia fuera bien recibida.

Wei Wuxian levantó la mirada y, aunque agradeció los medicamentos y los aperitivos, su tono denotaba cierta incomodidad.

—Gracias, Jiang Cheng —dijo Wei Wuxian, intentando sonar casual —, pero no es necesario que traigas tú mismo las cosas. Puedes mandar a algún sirviente para que lo haga.

Jiang Cheng forzó una sonrisa, procurando que su hermano no percibiera el dolor que esas palabras le causaban.

—Quería asegurarme de que estuvieras bien —respondió, manteniendo un tono despreocupado.

Wei Wuxian, desviando la mirada, añadió con un suspiro —Lan Zhan es muy dedicado en cuidarme... Jiang Cheng, no vuelvas a venir —dijo finalmente, sus palabras cayendo pesadamente entre ambos.

Jiang Cheng mantuvo su compostura.

—comprendo — se dio la vuelta — Ahora que me aseguré de que estás bien, estoy más tranquilo. Si no quieres que vuelva, no lo haré. Solo recupérate bien —dijo con una calma que no sentía.

Sin decir más, salió de la habitación de inmediato, la lluvia comenzó a caer con más fuerza, mojando su ropa y su cabello, en cuanto llego a su habitación cerró la puerta tras de sí, y fue ahí cuando sintió cómo se le formaba un nudo en la garganta. Los ojos le escocían, y aunque intentó contenerse, no pudo evitar que la sensación de tristeza lo invadiera. Inspiró profundamente, tragando sus emociones como tantas veces había hecho en el pasado.

Jiang Cheng saco una jarra de vino que tenía escondido en su habitación y se sirvió y lo bebió de un solo trago, el calor del alcohol quemando ligeramente su garganta mientras intentaba despejar su mente. Soltó su cabello húmedo y comenzó a desvestirse, dejando caer las prendas mojadas una a una, al mismo tiempo tomó la jarra de vino y bebió directamente de la jarra.

En ese momento, el golpe en la puerta lo hizo detenerse. La voz de un discípulo se escuchó —Líder Jiang, el líder Lan ha regresado. Se encuentra en la entrada del Muelle de Loto... se niega a retirarse. Dice que esperará hasta que lo recibas.

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⏰ Última actualización: Nov 14 ⏰

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