Capitulo 26.

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Días después de su última misión junto a Sasuke, Naruto seguía entrenando incansablemente, buscando una forma de controlar ese poder que crecía dentro de él, que lo empujaba cada vez más hacia los límites.

Jiraiya, su mentor y guía, no había dejado de notar los cambios en Naruto. Aunque confiaba en el chico, veía cómo el poder que llevaba dentro, y las tentaciones de Sukuna, comenzaban a moldearlo de una manera peligrosa. Sabía que Naruto se había vuelto más serio, más enfocado, pero también algo más frío. Las batallas ya no eran solo un medio para proteger a los demás; se estaban convirtiendo en una prueba constante de su propio poder.

Una tarde, mientras Naruto entrenaba solo en el bosque, Jiraiya lo observaba desde la distancia. Vio cómo el chico invocaba a Kon, el Lobo de Jade Blanco, y lo usaba de manera precisa, más hábil que nunca. Luego, tras un breve descanso, Naruto comenzó a canalizar la energía maldita, cortando un árbol enorme con un solo gesto de su mano, usando la técnica de Desmantelar con una fluidez que solo había logrado recientemente.

Jiraiya, finalmente, decidió intervenir.

"Naruto," dijo con su voz grave pero calmada, mientras se acercaba. Naruto, sobresaltado, detuvo su entrenamiento y lo miró con una mezcla de sorpresa y resignación.

"Ero-sennin," murmuró, dejando caer los brazos a los costados. "Pensé que estabas fuera de la aldea."

"No podía alejarme sin asegurarme de que sigas manteniendo tu enfoque," respondió Jiraiya, su mirada intensa. "Has hecho progresos, no cabe duda. Pero también puedo ver que algo te está carcomiendo."

Naruto lo miró, entrecerrando los ojos. "No necesito que te preocupes por mí. Estoy bien."

Jiraiya lo observó en silencio durante unos segundos, como si analizara cada palabra. Finalmente, suspiró y cruzó los brazos.

"Sé que has estado entrenando duro, y sé que estás frustrado por cómo te ven los altos mandos. No soy ajeno a cómo actúan esos viejos." Jiraiya hizo una pausa, su tono volviéndose más suave. "Pero hay una diferencia entre ser fuerte y ser el más fuerte, Naruto. El camino que estás tomando puede llevarte a algo peligroso si no lo manejas bien."

Naruto apretó los puños, mirando al suelo. Las palabras de Sukuna resonaban en su mente, pero también sabía que Jiraiya tenía razón. "Solo quiero que me respeten... que me vean como algo más que un recipiente."

Jiraiya caminó hacia él, poniéndole una mano en el hombro. "Ellos lo harán, Naruto. Pero ese respeto no lo ganas simplemente destruyendo todo a tu paso. Tienes que encontrar tu propio camino, tu propio propósito. No puedes dejar que las palabras de Sukuna te nublen la mente."

Naruto levantó la vista, con una expresión de confusión y frustración. "¿Cómo se supone que haga eso cuando su poder es tan... adictivo? Cada vez que lo uso, siento que puedo hacerlo todo. Pero al mismo tiempo... es como si algo dentro de mí se estuviera desvaneciendo."

Jiraiya asintió lentamente. "Esa es la trampa del poder absoluto, Naruto. El poder sin control no te hará más fuerte. Solo te hará más dependiente. Y aunque ahora puedas controlar algunas cosas, tarde o temprano, si sigues por este camino, perderás el control por completo."

Naruto: El Shinobi MalditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora