Capitulo 23.

259 26 2
                                    

El caos de la invasión todavía resonaba en los oídos de los ninjas de Konoha mientras perseguían a los enemigos que huían. Sin embargo, un grupo de jóvenes ninjas corría por el bosque, impulsados por la preocupación y la esperanza de encontrar a su compañero. Sasuke, Sakura, Shikamaru, Ino, Kiba, y Hinata, guiados por Pakkun, se adentraron en la espesura, buscando frenéticamente a Naruto.

"¡Pakkun, por aquí!" gritó Sakura, al ver un rastro de chakra que parecía desvanecerse lentamente.

El pequeño perro ninja olfateó el aire y asintió. "Sí, es definitivamente Naruto," dijo con urgencia. "Rápido, se está debilitando."

Finalmente, llegaron a un claro donde encontraron a Naruto, desplomado y cubierto de polvo y heridas, inconsciente. "Naruto..." murmuró Hinata, sus ojos llenos de lágrimas mientras corría hacia él y se arrodillaba a su lado.

"Está respirando," dijo Sasuke, con un tono de alivio que trataba de ocultar. "Pero necesitamos llevarlo de vuelta a la aldea. No podemos dejarlo aquí."

"Vamos, Naruto," dijo Kiba, ayudando a Sasuke a cargarlo. "No te rindas ahora."

Mientras caminaban, Sakura no pudo evitar preguntarse qué había sucedido en ese lugar. "¿Qué fue lo que pasó aquí? La tierra está completamente destrozada."

"Naruto enfrentó algo realmente aterrador," dijo Shikamaru, mirando alrededor del claro con una expresión pensativa. "Parece que tuvo que luchar solo contra un monstruo... y aún así, lo logró."

"Porque es Naruto," dijo Ino, con una sonrisa. "No importa cuántas veces lo derriben, siempre se levantará."

De vuelta en Konoha, la invasión llegaba a su fin. Los ninjas del Sonido y la Arena se retiraban en masa, incapaces de hacer frente al contraataque de los ninjas de la Hoja. Jiraiya, que había llegado al campo de batalla, se encargaba de dirigir a los ninjas de la aldea y mantener a raya a los invasores restantes. "¡No los dejen escapar!" gritó, su tono era firme y lleno de autoridad. "Asegúrense de que no vuelvan."

Kakashi, Gai, Asuma, y Kurenai encabezaron el ataque final contra los ninjas enemigos, obligándolos a huir o ser capturados. "La aldea no caerá tan fácilmente," dijo Kakashi, su Sharingan brillando mientras se enfrentaba a los últimos rezagados. "Esto es Konoha."

"Les hemos dado una lección que no olvidarán," añadió Gai, deteniendo a un grupo de ninjas del Sonido con una serie de golpes devastadores. "¡La llama de la juventud siempre arde más fuerte en la aldea de la Hoja!"

Jiraiya observó el final de la batalla con una sonrisa de satisfacción. "Bien hecho, muchachos," murmuró para sí mismo. "El Tercer Hokage estaría orgulloso."

Finalmente, el grupo de amigos llegó a Konoha, llevando a Naruto al hospital de la aldea. Los médicos y ninjas se apresuraron a atenderlo, reconociendo el daño que había sufrido y el agotamiento extremo de chakra que mostraba. "Este chico ha pasado por mucho," murmuró uno de los médicos, mientras se llevaban a Naruto a una habitación para que descansara.

Mientras su cuerpo era atendido, la mente de Naruto comenzó a sumergirse en su propio subconsciente. Allí, en la oscuridad, sintió una presencia familiar: Sukuna.

Naruto se encontró de pie en un vasto espacio vacío, y frente a él, Sukuna lo observaba con su sonrisa característica. "Así que finalmente te atreves a enfrentarme cara a cara," dijo Sukuna, su voz goteaba desprecio y curiosidad. "Dime, mocoso, ¿qué se siente ser tan débil?"

Naruto: El Shinobi MalditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora