Capitulo 15.

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Era una calurosa tarde cuando Naruto y Jiraiya se encontraban junto a un río, a las afueras de Konoha. Los días habían pasado desde su primer encuentro, y Naruto, aunque inicialmente receloso del "Ero-sennin", había empezado a ver que había más en Jiraiya que solo su personalidad despreocupada y pervertida.

"¡Oye, Ero-sennin! ¿Por qué siempre te estás distrayendo con esas tonterías?" gritó Naruto, con los brazos cruzados, mientras veía a Jiraiya sacar un pequeño bloc de notas y comenzar a garabatear observando a unas chicas que estaban pasando. "¿No se supone que deberías estar entrenándome?"

Jiraiya dejó escapar un suspiro exagerado y guardó su cuaderno. "Naruto, la vida no se trata solo de entrenamiento," dijo, haciéndose el serio. "Un gran ninja también necesita apreciar los placeres de la vida."

"¡Ple... placeres de qué?! ¡Eres un viejo pervertido!" exclamó Naruto, pero a pesar de sus palabras, no pudo evitar reír. Era difícil no sentirse relajado alrededor de Jiraiya, aunque siempre actuara de forma tan irresponsable.

"Está bien, mocoso," dijo Jiraiya finalmente, volviéndose más serio. "Hablemos en serio por un momento. Has demostrado tener potencial, mucho potencial. Pero el potencial sin disciplina no significa nada. Si realmente quieres ser fuerte, vas a tener que trabajar más duro que nunca."

Naruto asintió, absorbiendo cada palabra. "Quiero ser fuerte, Ero-sennin," dijo con convicción. "Quiero ser alguien que pueda proteger a sus amigos y a la aldea. Quiero... quiero ser Hokage, para que todos reconozcan mi existencia."

Jiraiya observó a Naruto por un momento, sus ojos reflejaban una tristeza que Naruto no entendió. "Entonces, comencemos," dijo finalmente, colocando una mano sobre la cabeza de Naruto. "Te enseñaré algo que te hará un ninja aún más formidable."

Durante los días siguientes, Jiraiya se enfocó en enseñarle a Naruto a canalizar mejor su chakra y a controlar su energía para que no se agotara tan rápidamente. Pasaron horas en campos de entrenamiento y junto a ríos, mientras Naruto aprendía a controlar su chakra para caminar sobre el agua, lanzar ataques más poderosos y utilizar sus habilidades de forma más efectiva.

En uno de esos días, Naruto, cubierto de barro y sudor, se dejó caer al suelo, jadeando por el esfuerzo. "¡Ero-sennin, no puedo más! ¡Esto es demasiado!"

Jiraiya se sentó a su lado, ofreciéndole una botella de agua. "Los grandes ninjas no se rinden tan fácilmente," dijo, sonriendo. "¿Sabes lo que significa ser un verdadero shinobi, Naruto?"

Naruto bebió un sorbo de agua, pensando en la pregunta. "Supongo que... es alguien que sigue adelante, incluso cuando todo es difícil," respondió finalmente.

Jiraiya asintió. "Sí, pero también es alguien que encuentra su propio camino y lucha por sus creencias," dijo, su voz se volvió más suave. "Hay muchas cosas que te faltan por aprender, Naruto. Y si realmente quieres ser fuerte, tendrás que enfrentarte a tus propios miedos y limitaciones."

Naruto lo miró y, por primera vez, vio a Jiraiya no como un viejo pervertido, sino como alguien que realmente sabía de lo que estaba hablando. "Lo entiendo," dijo, su voz llena de determinación. "No importa cuántas veces me caiga, seguiré adelante."

Jiraiya sonrió. "Esa es la actitud que quiero ver," dijo mientras le revolvía el cabello. "Eres un mocoso obstinado, pero tal vez, solo tal vez, tienes lo que se necesita para ser un gran ninja."

Naruto: El Shinobi MalditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora