Capitulo 25.

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El sol comenzaba a ocultarse sobre los densos bosques que rodeaban la aldea de Konoha, mientras Naruto se encontraba en su lugar habitual de entrenamiento, apartado de miradas curiosas y rodeado solo por la tranquilidad del entorno. Pero la calma en su exterior contrastaba con la tormenta que se agitaba en su interior. Desde que había comenzado a entrenar con Sukuna, el poder del Rey de las Maldiciones lo había atraído de una manera que no podía describir fácilmente. La energía maldita, oscura y devastadora, fluía a través de él como un río caudaloso, y aunque sabía que ese poder era peligroso, una parte de él no podía evitar desear más.

Naruto jadeaba, con el cuerpo cubierto de sudor, después de horas de intenso entrenamiento. El aire estaba pesado, y la densa energía maldita que rodeaba el área parecía vibrar alrededor de él. Con cada corte, con cada movimiento, Naruto sentía que estaba comenzando a dominar las habilidades de Sukuna, pero también sentía cómo esa misma energía lo empujaba más allá de sus límites.

"Más..." murmuró entre dientes. "Puedo sentirlo. Cada vez se hace más fácil."

En su mente, la voz burlona de Sukuna resonó con su característico tono de superioridad. "Por supuesto que sí, chico. Este poder... te pertenece. Si tan solo dejaras de resistirte a él, podrías alcanzar alturas que ningún otro ninja podría soñar. ¿No sientes la embriaguez de la verdadera fuerza?"

Naruto, aún jadeando, se levantó, preparando su próxima técnica. Con una mano temblorosa, canalizó la energía maldita a través de su cuerpo, concentrándola en un punto de su brazo. A lo largo de su piel aparecieron los tatuajes característicos de Sukuna, extendiéndose con cada pulso de poder. Sus ojos, brillando con intensidad, se enfocaron en un enorme tronco de árbol a varios metros de distancia.

"Cortar..." susurró, y con un rápido movimiento de su mano, lanzó una ráfaga invisible de energía maldita.

El aire pareció cortarse en dos mientras el ataque de Cortar atravesaba el tronco con una precisión letal. El enorme árbol, sólido y robusto, se partió por la mitad sin hacer apenas ruido. A pesar del tamaño y la resistencia del tronco, el corte fue tan limpio y rápido que apenas hubo tiempo para que el árbol cayera antes de que el suelo retumbara bajo su peso.

Naruto se quedó mirando el resultado de su ataque, su respiración aún acelerada. Sabía que había hecho avances notables. Hace solo unos meses, el uso de ese tipo de poder lo habría dejado exhausto, incapaz de continuar. Pero ahora... algo estaba cambiando. Con cada día que pasaba, los cortes eran más potentes y consumían menos energía. Lo sentía fluir con mayor facilidad.

"Lo ves, chico," continuó Sukuna, su voz llenando la mente de Naruto. "Este es el poder del más fuerte. No hay nada en este mundo que no puedas cortar, nada que no puedas desmantelar. Solo sigue entrenando, sigue aceptando la oscuridad dentro de ti, y te llevaré al verdadero poder."

Naruto cerró los ojos por un momento, tratando de no dejarse llevar por las tentaciones de Sukuna. Sabía que ese poder era peligroso, que cada vez que lo usaba, se acercaba más al límite entre controlarlo o perderse en él. Pero también sabía que lo necesitaba. Había visto lo lejos que había llegado, y sabía que si no dominaba ese poder, nunca podría alcanzar sus metas.

Sin embargo, no todo era tan fácil como parecía. Naruto lo sabía. Aunque los cortes eran más fuertes y su dominio sobre la energía maldita estaba mejorando, también sentía cómo este poder lo consumía lentamente. Después de cada uso, sentía su cuerpo pesado, como si la misma energía que lo hacía poderoso también drenara su vitalidad.

Naruto: El Shinobi MalditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora