Capitulo 4.

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La batalla entre Kakashi y Zabuza comenzó en serio. La espada Kubikiribōchō cortaba el aire, buscando a su oponente, pero Kakashi se movía como un rayo, esquivando con agilidad gracias a su Sharingan. El resto del equipo 7 observaba con tensión desde la orilla del río, incapaces de hacer más que seguir la increíble velocidad de la pelea.

Naruto miraba fijamente, sintiendo el peso de la rueda de ocho hojas sobre su cabeza. Podía sentir cómo la energía maldita de Sukuna intentaba colarse en su mente, incitándolo a intervenir, a desatar más de su poder.

"Este hombre, Zabuza... está lleno de odio y furia," susurró Sukuna. "Déjame mostrarte cómo acabar con él. Solo dame el control por un momento."

Naruto cerró los ojos con fuerza, resistiendo la tentación. "No... Kakashi-sensei es el que está peleando ahora. Yo no puedo..."

"No te atrevas a interferir," dijo Sasuke, observando el cambio en la expresión de Naruto. "Esto está más allá de nosotros ahora."

Naruto apretó los puños. Sabía que Sasuke tenía razón, pero la influencia de Sukuna era cada vez más fuerte. En su interior, sentía la frustración crecer al no poder hacer nada mientras la batalla se desarrollaba frente a ellos.

Kakashi estaba igualando a Zabuza, utilizando su Sharingan para prever cada uno de sus movimientos. Sin embargo, Zabuza, con una sonrisa astuta, realizó una serie de sellos de mano rápidos. De repente, una niebla espesa, mucho más densa que antes, envolvió la zona.

"¡No puedo verlo!" exclamó Sakura, retrocediendo instintivamente hacia Sasuke y Naruto.

"No es solo la niebla..." murmuró Naruto, sus ojos entrecerrándose mientras sentía cómo su rueda comenzaba a girar de nuevo, intentando analizar la situación. "Está utilizando chakra para ocultar su presencia."

De repente, un grito ahogado se escuchó. "Kakashi-sensei..." murmuró Sasuke.

La niebla se desvaneció un poco, revelando a Kakashi atrapado dentro de una prisión de agua creada por Zabuza. La espada del renegado descansaba sobre su hombro mientras miraba al resto del equipo 7 con una sonrisa cruel.

"Bueno, ¿qué harán ahora?" preguntó Zabuza burlonamente. "Su líder está atrapado. Si no hacen algo, él morirá."

Sakura retrocedió, temblando, y Sasuke apretó los dientes, tratando de pensar en un plan. Pero Naruto... él estaba diferente. Los tatuajes de Sukuna comenzaron a aparecer en su rostro y brazos, al igual que un par de ojos adicionales se hicieron presentes brillando en un color carmesí mientras la rueda sobre su cabeza giraba más rápido.

"Déjame entrar, chico," susurró Sukuna. "Puedo salvarlo. Puedo destruir a este hombre y liberarte de la debilidad."

"Si uso tu poder... ¿puedo salvar a Kakashi-sensei?" pensó Naruto, dudando por un momento.

"Por supuesto," respondió Sukuna. "Solo dame una oportunidad."

Naruto avanzó hacia Zabuza, ignorando las advertencias de Sasuke y Sakura. "¡Naruto, no seas estúpido! ¡No puedes contra él!" gritó Sasuke, pero su compañero ya estaba decidido.

"¡No me importa lo fuerte que seas, Zabuza! ¡No dejaré que mates a Kakashi-sensei!" gritó Naruto, mientras extendía la mano hacia adelante.

"¿Qué es eso?" Zabuza entrecerró los ojos, analizando el aura de Naruto. "Ese no es un jutsu normal."

Antes de que pudiera reaccionar, Naruto lanzó varios cortes de energía, similar al "Desmantelar" pero menos refinado y mucho mas potente. cortó el aire y se dirigió directamente hacia la prisión de agua, haciéndola tambalearse por un momento. Kakashi aprovechó la distracción, liberando un brazo y lanzando un shuriken que obligó a Zabuza a retroceder.

"¡Ahora!" gritó Kakashi, aprovechando la oportunidad para liberar el resto de su cuerpo y saltar hacia atrás, respirando con dificultad.

Zabuza frunció el ceño, mirando a Naruto con una expresión de interés y desdén. "Niño... tú no eres un simple genin, ¿verdad?"

Naruto respiraba con dificultad, los tatuajes en su cuerpo comenzaban a desvanecerse, y la rueda sobre su cabeza se desaceleraba. Sintió una oleada de energía agotadora, como si cada vez que usara las habilidades de Sukuna, drenara algo de su propia fuerza vital. "No me importa quién seas. ¡No te dejaremos ganar!"

"Muy bien, Naruto," susurró Sukuna en su mente. "Estás aprendiendo. Pero recuerda, necesitarás más de mi poder la próxima vez."

Justo cuando Zabuza se preparaba para lanzar otro ataque, un sonido agudo cortó el aire. Varias agujas de senbon atravesaron el cuello de Zabuza, haciéndolo soltar la espada y caer de rodillas.

"¿Qué...?" murmuró Zabuza antes de desmayarse.

Desde la niebla apareció una figura delgada y enmascarada, que se inclinó para revisar el pulso de Zabuza. "Está vivo," dijo la figura en un tono tranquilo, volviéndose hacia el equipo 7. "No puedo dejar que muera aquí. Es mi responsabilidad protegerlo."

Kakashi, aún jadeando por el esfuerzo de la batalla, lo miró fijamente. "¿Quién eres tú?"

"Solo un cazador de ninjas," respondió la figura. "Pero me temo que este no es el lugar para nuestra pelea." Antes de que pudieran reaccionar, la figura levantó a Zabuza con una fuerza sorprendente y desapareció en la niebla.

Naruto cayó de rodillas, agotado por el esfuerzo. Sasuke y Sakura corrieron hacia él, y Kakashi se arrodilló a su lado, apoyando una mano en su hombro. "Lo hiciste bien, Naruto... pero no vuelvas a usar esa técnica sin pensar."

Naruto asintió, sus ojos apagados mientras los tatuajes de Sukuna desaparecían por completo. "Lo sé... pero tenía que hacerlo."

Kakashi miró a su alumno, preocupado. "Ese poder... no es normal. Necesitamos hablar de esto cuando volvamos."

Naruto asintió, pero en su mente, podía sentir la risa suave y burlona de Sukuna. "Esta fue solo una muestra, niño. La próxima vez, dejaré que pruebes mi verdadero poder. Y cuando lo hagas, ya no podrás resistirte."

El equipo finalmente llegó a la casa de Tazuna, donde pudieron descansar y recuperarse. Naruto, agotado, se quedó dormido casi de inmediato, pero su sueño no fue tranquilo. Soñó con Sukuna, rodeado por la rueda de ocho hojas, girando más rápido que nunca mientras se reía de él.

"Un día, niño," dijo Sukuna en el sueño, "te darás cuenta de que no hay luz sin oscuridad. Y cuando ese día llegue, tú y yo seremos uno solo."

Naruto despertó sobresaltado, el sudor corriendo por su frente. Se llevó una mano a la cara y sintió el rastro de los tatuajes de Sukuna que se desvanecían. "No dejaré que me controlen," susurró para sí mismo. "No dejaré que me vuelvas un monstruo."

Pero, en el fondo de su mente, sabía que la lucha apenas comenzaba.

Naruto: El Shinobi MalditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora