Bajo la superficie están enterrados nuestros sentimientos

Capítulo 6 : Ceder

Tobio-chan lo miró fijamente, con sus grandes ojos azules muy abiertos mientras buscaba en el rostro de Oikawa cualquier tipo de señal de que esto era una broma, de que no estaba hablando en serio.

-Quiero esto -dijo Tooru, seguro de haber tomado una decisión-. Te quiero a ti , Tobio.

Kageyama todavía no dijo nada, incapaz de aceptar lo que Oikawa acababa de decirle.

"Sé que no debería y definitivamente este no es el momento ni el lugar para discutir esto, pero eso no cambia el hecho de que te deseo".

"Señorita Oikawa..."

Tooru negó con la cabeza y finalmente logró apartarse. "Está bien, Tobio-chan. No te preocupes por eso. No tendrás que volver a verme después de hoy. Bueno, a excepción de la corte, no te librarás de mí allí tan rápido", le envió una sonrisa forzada.

"Oikawa-san, yo..."

"No necesitas decir nada. Estoy segura de que tu novio regresará en cualquier momento, así que me iré a casa. Dile a Iwa-chan que no me sentía bien y me fui a casa, ¿quieres?"

Sonrió con tristeza y dio un paso atrás. Dudó un segundo, luego se inclinó hacia delante y besó la frente de Tobio.

"Feliz cumpleaños, Tobio-chan."

Luego se dio la vuelta y abandonó la pista de baile.

No llegó muy lejos.

Dos pasos, luego lo agarraron de la muñeca y lo tiraron hacia atrás, su espalda chocó contra una pared antes de que lo presionaran contra ella, sus muñecas sujetadas a ambos lados de la cabeza.
Entonces un par de labios calientes estaban contra los suyos. No hubo advertencia, ninguna indicación previa, pero ahora su pequeña kouhai lo estaba besando.
Apasionadamente, dominando el beso mientras movía sus labios contra los del otro.

El cerebro de Oikawa sufrió un cortocircuito, incapaz de comprender que estaba siendo besado por Tobio-chan, quien lo estaba inmovilizando contra una pared .

Si Oikawa no hubiera sabido ya que su kouhai no era tan inocente como parecía, lo habría sabido ahora. Tobio lo besó sin ningún signo de inseguridad, lanzándose hacia él como lo haría con sus lanzamientos perfectos y aterrizando la pelota justo donde quería.

Antes de que Tooru pudiera siquiera entender lo que estaba sucediendo, él le devolvió el beso, empujando a Tobio hacia atrás y girándolos, inmovilizando a su kouhai contra la pared mientras sus dedos se entrelazaban.

Sus labios se movieron casi desesperadamente, toda esa emoción reprimida finalmente se liberó y encontró una salida.

Tooru escuchó a Kageyama jadear contra su boca mientras mordisqueaba su labio inferior, succionándolo suavemente hasta que sintió la lengua de Tobio lamiendo a lo largo de la unión donde sus labios estaban conectados.
Con entusiasmo, Tooru separó sus propios labios y permitió que sus lenguas se encontraran y no pudo detener el gemido entrecortado que se le escapó de la garganta mientras escalofríos recorrían su columna vertebral.

Respiraba con dificultad, perdiéndose en el beso, en el calor y el sabor de la maldita boca de Kageyama Tobio y no podía tener suficiente.

Apretó su cuerpo contra el del otro, sintiendo cada línea del cuerpo delgado pero musculoso contra el que estaba presionado y trató de conseguir más. Más de cualquier cosa. Más de la boca de Tobio, de sus labios, de su lengua, de su sabor , de su cuerpo.

Sintió el gemido de Tobio más de lo que lo escuchó y eso solo hizo que su deseo creciera. Lo deseaba. Lo deseaba desesperadamente.

Se apartó lo suficiente para poder recuperar el aliento y comenzar a besar el cuello de Kageyama. Quería marcar ese cuello estúpidamente largo, pero sabía que no debía hacerlo. No podía .
Apoyó la frente en el arcén frente a él y trató de recuperar el aliento.

Tenían que parar esto. Ahora. No importaba lo bien que se sintieran, no podían seguir haciendo esto aquí.

"T-Tobio-chan -"

"Lo sé."

Tobio sonaba tan sin aliento como Tooru se sentía y por la dureza que podía sentir contra su cuerpo, también estaba en un estado bastante similar.

Oikawa tardó unos minutos en recuperar el control de su respiración y finalmente enderezarse y mirar a Tobio-chan.
La vista que lo recibió le hizo querer volver a besar al otro.

Los labios de Tobio estaban rojos e hinchados por los besos, sus pupilas dilatadas. Parecía... embelesado.

Tooru se aclaró la garganta y dio un paso atrás. -Quizás quieras... -Hizo un gesto sin sentido con la mano-. Ir al baño y refrescarte un poco antes de que vuelvan.

Evitó mencionar nombres, pues el recordatorio de su situación ya era bastante malo.

Tobio se apartó de la pared y se arregló la camisa, que se le había subido un poco durante la sesión de besos.
Para sorpresa de Oikawa, le dirigió una sonrisa burlona.
"Lo mismo te digo".

Tooru lo miró fijamente durante un largo momento y luego comenzó a reír. Ese pequeño mocoso ...
De pie allí, luciendo completamente arrebatado y tratando de decirle a Oikawa qué hacer.

-Estaré bien, Tobio-chan -sacudió la cabeza, sonriendo con cariño y honestidad por una vez-. Nadie lo cuestionará si luzco un poco... maltratado. Es casi lo que se espera a esta altura.

Kageyama pareció sonrojarse un poco (lo cual realmente no tenía sentido para Tooru, ¿por qué se sonrojaría ahora después de todo lo que habían hecho?), pero luego asintió. "Me iré entonces".

Se alejó unos pasos de Tooru y Oikawa se mordió el labio mientras lo vio irse, luego lo llamó un momento después.

-¡Tobio-chan!

Kageyama se detuvo y se dio la vuelta, mirando a Tooru que lo había alcanzado. "¿Sí?"

"Dame tu número de teléfono."

"¿Mi qué?"

"Tu número de teléfono, Tobio-chan. Ya lo sabes. Así puedo llamarte. Enviarte un mensaje de texto. Lo que sea".

¿Por qué se ponía nervioso ahora ? El daño ya estaba hecho. Pedirle el número de teléfono a Tobio ya no servía de nada.

Pero Tobio solo asintió y sacó su teléfono.
Intercambiaron números rápidamente y luego Kageyama lo sorprendió una vez más.
Antes de irse al baño, besó la mejilla de Oikawa. Luego sonrió. Una sonrisa dulce y tierna que le recordó a Tooru una versión mucho más joven del hombre frente a él, luego se fue.

Mirándolo fijamente, como si estuviera en trance, levantó su mano hasta su mejilla, donde hacía un momento habían estado los labios de Tobio.

Estaba bien y verdaderamente jodido.