día 2 shibari

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La brisa suave de la tarde entraba por la ventana mientras Tommy preparaba la habitación. Había decidido que era el momento perfecto para explorar algo nuevo con Buck, algo que había estado en su mente desde hacía tiempo: el shibari. La luz dorada del sol se filtraba a través de las cortinas, creando un ambiente acogedor y seguro.

Buck llegó poco después, con una sonrisa curiosa en su rostro. —¿Qué tienes planeado? , preguntó, notando las cuerdas de shibari cuidadosamente colocadas sobre una silla.

— Quiero experimentar algo contigo , respondió Tommy, su voz suave pero llena de emoción. — He estado investigando sobre el shibari, y creo que podríamos disfrutarlo juntos.

Buck levantó una ceja, intrigado. 
— ¿Shibari? Suena interesante... Pero también un poco intimidante.

Tommy se acercó a él, tomando sus manos entre las suyas.  — Lo sé. Pero quiero que sepas que es algo que hacemos juntos, basado en la confianza.  — Si en algún momento te sientes incómodo, simplemente dímelo.

Buck asintió, sintiendo una oleada de confianza. — Está bien. Confío en ti.

Tommy sonrió y le pidió a Buck que se sentara en el centro de la habitación, donde había colocado un cojín grande y cómodo. Se sentó frente a él y comenzó a explicarle lo que iba a hacer. — El shibari no solo se trata de atar; es una forma de arte. Cada nudo tiene su propio significado y puede ser tan simple o complejo como queremos.

Con eso, Tommy tomó una cuerda de algodón suave y comenzó a enrollarla alrededor del torso de Buck con movimientos lentos y deliberados. A medida que las cuerdas se deslizaban sobre su piel, Buck cerró los ojos por un momento, disfrutando de la sensación calmante.

— ¿Te sientes bien hasta ahora?  preguntó Tommy mientras ajustaba la cuerda.

— Sí, es... interesante , respondió Buck, abriendo los ojos para encontrar la mirada concentrada de Tommy en él. Había algo profundamente íntimo en ese momento.

Tommy continuó trabajando con destreza, creando patrones intrincados alrededor del cuerpo de Buck. Cada lazada estaba pensada para ser estética y segura al mismo tiempo. — Recuerda respirar profundamente , le recordó mientras ataba un nudo en la parte superior del torso.

Buck se concentró en su respiración y en la conexión que sentía con Tommy. Era como si cada nudo tejiera un hilo invisible entre ellos, fortaleciendo su vínculo.

Después de unos minutos, Tommy dio un paso atrás para admirar su trabajo.  — Mira , dijo con una sonrisa satisfecha al ver cómo las cuerdas abrazaban suavemente el cuerpo de Buck. — Te ves increíble.

Buck sonrió tímidamente al ver su reflejo en el espejo cercano. Las cuerdas formaban un diseño hermoso y elegante sobre su piel. —Es realmente impresionante , admitió.

Tommy se acercó nuevamente y acarició suavemente el rostro de Buck.  — Lo más importante es cómo te sientes. — ¿Está bien? ¿Hay algo que quieras ajustar?

— Todo está perfecto , respondió Buck con sinceridad. —Me siento... libre y conectado contigo.

Con cuidado, Tommy le mostró cómo moverse dentro de las restricciones. Le explicó que el shibari era tanto sobre entrega como sobre control; podía ser liberador dejarse llevar por la experiencia.

A medida que pasaba el tiempo, ambos comenzaron a perderse en ese espacio compartido, explorando no solo las cuerdas físicas sino también sus emociones más profundas. Las risas surgieron mientras intentaban diferentes posiciones y patrones, cada uno más divertido que el anterior.

Finalmente, después de un rato disfrutando del juego entre ellos, Tommy decidió liberar a Buck lentamente de las cuerdas. A medida que deshacía los nudos con delicadeza, ambos sintieron una profunda conexión y gratitud por lo que acababan de compartir.

Una vez libre, Buck se acercó a Tommy y lo abrazó con fuerza.
— Gracias por esto, susurró contra su hombro.  — Fue increíble.

Tommy sonrió al sentir la calidez del abrazo. "Me alegra que hayas disfrutado", respondió mientras acariciaba suavemente la espalda de Buck.

— Definitivamente deberíamos hacerlo otra vez", dijo Buck con entusiasmo.

— Sin duda , concordó Tommy, sintiendo una chispa especial entre ellos que solo había crecido durante esa experiencia compartida.

Mientras se acomodaban juntos en el sofá para relajarse después del intenso momento vivido, ambos sabían que habían creado algo especial esa tarde: no solo habían explorado el shibari como arte físico sino también habían tejido aún más fuerte los hilos invisibles de confianza y amor entre ellos.

entrelazados (Tevan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora