---Era una tarde cálida en Los Ángeles, y la luz del sol se filtraba a través de las ventanas del departamento de Tommy, creando un ambiente acogedor. Ambos estaban en casa, disfrutando de un raro momento de tranquilidad después de una semana llena de correrías y aventuras. Buck se acomodó en el sofá, su mirada fija en Tommy mientras este se movía por la habitación, organizando algunas cosas.
Tommy tenía esa manera particular de concentrarse en lo que hacía, sus labios fruncidos en una mueca pensativa; Buck no podía evitar sonreír al verlo. Había algo en la forma en que Tommy se sumergía en sus tareas que lo hacía irresistible.
—¿Qué estás tramando? —preguntó Buck, su voz juguetona resonando en el aire.
Tommy se giró, una chispa traviesa brillando en sus ojos.
—Nada en particular. Solo tratando de poner un poco de orden. Pero si quieres ayudarme… —dijo, dejando caer una insinuación que hizo que Buck levantara una ceja.
—¿Ayudarte? ¿Con qué? —Buck se acercó, su interés claramente picado.
Tommy sonrió y se acercó a él, sus cuerpos casi tocándose. El ambiente se volvió más denso, cargado de tensión sexual.
—Podríamos hacer algo más divertido… —susurró Tommy, su aliento cálido contra el cuello de Buck.
Buck sintió cómo su corazón se aceleraba ante la cercanía de Tommy. Era un juego que ambos conocían bien: la atracción que los mantenía pegados el uno al otro y las insinuaciones que llevaban a algo más.
—¿Y qué tienes en mente? —preguntó Buck con un tono seductor.
Tommy lo miró con una mezcla de desafío y deseo.
—Quiero jugar contigo. Pero esta vez… quiero que te contengas.
Buck frunció el ceño, intrigado y excitado a la vez. Sabía exactamente a qué se refería; era un juego peligroso, uno que podía llevarlos a ambos al límite.
—¿Te refieres a…? —empezó a preguntar, pero fue interrumpido por el brillo travieso en los ojos de Tommy.
—Sí. Orgasm denial. Quiero que sientas todo lo que puedo hacerte… pero sin dejarte terminar.
Buck sintió un escalofrío recorrer su espalda ante la idea. La anticipación lo invadió; sabía que estaba a punto de entrar en un territorio nuevo y emocionante con Tommy.
—Está bien —respondió finalmente Buck, sintiendo cómo la adrenalina comenzaba a bombear por sus venas—. Estoy dentro.
Tommy sonrió ampliamente y tomó la mano de Buck, guiándolo hacia el dormitorio. La habitación estaba iluminada suavemente por la luz del atardecer que se filtraba a través de las cortinas. El ambiente era perfecto para lo que estaban a punto de hacer.
Una vez dentro, Tommy cerró la puerta suavemente detrás de ellos y se volvió hacia Buck con una mirada intensa.
—Desnúdate —ordenó Tommy con voz firme pero suave.
Buck sintió cómo su piel se erizaba ante la orden. Sin dudarlo, comenzó a desabrocharse la camisa mientras los ojos de Tommy lo seguían con avidez. Cada prenda que caía al suelo parecía intensificar el deseo entre ellos.
Finalmente, quedó completamente desnudo frente a Tommy, quien no pudo evitar morderse el labio al ver el cuerpo expuesto de Buck.
—Eres tan hermoso —murmuró Tommy mientras se acercaba lentamente, sus manos explorando cada centímetro del torso musculoso de Buck—. Pero recuerda: no puedes terminar hasta que yo lo diga.
Buck asintió, sintiendo cómo la anticipación crecía dentro de él como un volcán listo para estallar. La tensión era casi palpable mientras Tommy comenzaba a acariciarlo lentamente, disfrutando cada momento y cada reacción que provocaba en él.
Las manos de Tommy eran expertas; sabía exactamente dónde tocar para hacer que Buck jadease y temblara bajo su toque. A cada roce, Buck sentía cómo su cuerpo respondía con gusto; era como estar al borde del abismo sin poder saltar.
—Dímelo —susurró Buck entre jadeos—. Dime cuánto me deseas…
Tommy sonrió con malicia y aumentó la intensidad del juego. En lugar de responder directamente, comenzó a jugar con los pezones de Buck, tirando suavemente mientras sus labios bajaban por su abdomen hasta llegar a su erección pulsante.
Buck soltó un gemido ahogado cuando sintió los labios húmedos de Tommy rodear su miembro; cada movimiento era una combinación perfecta entre placer y tortura. Sabía que estaba cerca del clímax, pero también sabía lo que eso significaba: tenía que contenerse.
Tommy alternaba entre lamer y chupar suavemente mientras miraba hacia arriba para ver la expresión extasiada en el rostro de Buck.
—¿Te sientes bien? —preguntó Tommy con voz burlona antes de detenerse abruptamente justo cuando sentía que Buck estaba al borde del orgasmo.
Buck gritó frustrado pero excitado al mismo tiempo; estaba tan cerca pero tan lejos al mismo tiempo.
—Por favor… —suplicó Buck con voz entrecortada—. No me hagas esperar…
Tommy sonrió aún más ampliamente y subió lentamente para besarlo apasionadamente, dejándole sentir todo el deseo acumulado entre ellos sin permitirle liberarse aún.
Mientras sus cuerpos chocaban juntos en una danza frenética llena de pasión contenida, cada roce solo aumentaba el deseo ardiente entre ellos.
Después de varios minutos más jugando así, Tommy finalmente decidió cambiar las reglas del juego; empujó suavemente a Buck hacia atrás sobre la cama y comenzó a explorar su cuerpo nuevamente con manos expertas: acariciando muslos internos mientras sus labios dejaban marcas suaves por todo su pecho hasta llegar nuevamente a su erección.
Esta vez fue más cuidadoso; tomándose su tiempo para jugar justo al borde del placer sin dejarlo terminarse nunca. Cada vez que sentía que Buck estaba cerca del clímax nuevamente paraba justo antes para disfrutar esa sensación deliciosa e intensa juntos.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad llena solo del sonido entrecortado del respiración agitada uno frente al otro (y algunos gritos desesperados), Tommy decidió liberar un poco esa tensión acumulada: le dio órdenes directas sobre cómo debía mover sus caderas o cuándo debía dejar escapar esos gemidos suaves pero intensos mientras él seguía jugando sin piedad hasta casi llevarlo nuevamente hacia ese mismo borde prohibido…
Era un ciclo interminable: placer absoluto seguido por negación constante hasta llegar casi al límite donde ya no podía soportarlo más…
Finalmente después del último intento fallido donde sintió nuevamente esa oleada intensa amenazando desbordarse dentro suyo otra vez…
Tommy decidió darle finalmente ese respiro tan ansiado:
—Ahora sí puedes terminar —dijo suave pero firme justo antes dejar escapar ese último gemido profundo llenando toda habitación con ecos intensos mientras finalmente alcanzaba esos niveles inimaginables alcanzados previamente gracias solo a él…
Ambos quedaron exhaustos sobre las sábanas desordenadas tras haber cruzado juntos esa línea prohibida aunque exquisita dejando claro lo mucho deseaban seguir explorándose mutuamente así sin límites ni tabúes futuros…
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entrelazados (Tevan)
FanfictionKinktober de Tommy y buck ¡Este mes me lanzo a dos retos creativos! Espero que mis ideas no se escapen como mis calcetines en la lavadora. ¡Vamos a ver qué sale de esto!