día 14 piercings

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Era un día normal en la estación de bomberos, con el sonido de las mangueras y el aroma a humo aún presente en el aire. Buck estaba trabajando arduamente, su mente enfocada en las tareas del día, pero había algo diferente en él. Había tomado una decisión impulsiva: se había hecho un piercing en el labio. La sensación del metal frío contrastaba con el calor de su piel, y aunque al principio se sintió extraño, no podía evitar sonreír cada vez que se veía en el espejo.

Tommy había prometido recogerlo después de su turno. La espera se le hizo larga, ya que Buck estaba ansioso por mostrarle su nuevo look. Cuando finalmente vio a Tommy acercarse al parqueo, su corazón dio un vuelco. Tommy estacionó su camioneta y salió, con una sonrisa que iluminaba su rostro.

—¡Hey, Buck! —exclamó Tommy mientras se acercaba—. ¿Qué tal el día?

Buck sonrió y le respondió mientras jugueteaba con el piercing: —Bastante bien, pero mejor ahora que estás aquí.

Tommy frunció el ceño juguetonamente al notar la novedad en el rostro de Buck. —¿Qué es eso? —preguntó señalando el piercing.

Buck se encogió de hombros, tratando de parecer despreocupado. —Solo un pequeño cambio.

Tommy se acercó más, examinando de cerca el piercing. Sus ojos brillaban con admiración. —Siempre te ves muy bien, pero esto... —dijo mientras sus dedos acariciaban suavemente la mejilla de Buck—. Esto es algo más.

El aire entre ellos se volvió denso y cargado de electricidad. Sin pensarlo dos veces, Tommy tomó la mano de Buck y lo acercó a él. Sus labios se encontraron en un beso suave pero intenso. Buck sintió la frescura del metal del piercing contra los labios de Tommy y sonrió durante el beso.

—Me gusta más con ese piercing en tu hermoso rostro —murmuró Tommy cuando se separaron un poco, mirándolo a los ojos.

Buck sonrió tímidamente y preguntó: —¿Te gusto?

—Claro que sí —respondió Tommy sin dudarlo—. Todo de ti es jodidamente sexy.

Tommy se inclinó nuevamente hacia Buck y besó suavemente la marca de nacimiento que tenía cerca del ojo izquierdo, un gesto lleno de ternura que hizo que Buck sintiera mariposas en el estómago.

—Siempre he amado esa marca —susurró Tommy—. Es parte de lo que te hace único.

Buck estaba sorprendido por la sinceridad en las palabras de Tommy. Se sintió más seguro que nunca sobre sí mismo y sobre lo que sentían el uno por el otro. No era solo un piercing; era un símbolo de cómo estaban creciendo juntos.

Ambos se quedaron allí por un momento, disfrutando de la cercanía y la calidez del otro, sin prisa por regresar a la realidad del mundo exterior. En ese instante, todo parecía posible; cada beso, cada mirada compartida era una promesa para el futuro.

Finalmente, Tommy rompió el silencio con una sonrisa traviesa: —Entonces, ¿qué más cambios piensas hacer? Porque si sigues así... voy a necesitar un extintor para apagar este fuego entre nosotros.

Buck soltó una risa contagiosa mientras le daba un golpe juguetón en el brazo a Tommy. Sabía que este nuevo capítulo en su vida iba a ser emocionante y lleno de sorpresas junto a quien realmente le importaba.

entrelazados (Tevan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora