CAPÍTULO 25

3 1 2
                                    

Dante


Salgo del automóvil con las manos en alto, con tres hombres apuntándome con sus armas. Empiezan a registrarme, no me resisto, cuando están satisfechos uno da un silbido fuerte y veo a alguien bajar de uno de los yates aparcados no muy lejos.

Viene riéndose, feliz de que su plan hubiera salido como quería.

—Gracias, chicos, ahora déjennos solos y cuiden que nadie se acerque.

—Señor...

—Tranquilos, este no hará nada imprudente, ¿verdad? Tengo algo muy valioso que le impide hacerme algo.

Sus hombres nos dejan solos mientras miro a mi alrededor.

—Mmm... no trajiste a Love, qué mal, teníamos un acuerdo.

—No es a ella a quien quieres. Esto es entre tú y yo.

—No me digas. ¿Por qué piensas eso, exactamente?

—Pediste dinero, cuando es obvio que no lo necesitas, solo querías traerme de regreso, pero bien pudiste matarme sin necesidad de hacerme volver.

—Que chiste tendría destruirte así, no, quiero que sufras, y lo logré. Además... increíble, sabes sumar para ser un chico que fue criado como un animal hasta que sus padres lo rescataron.

—No hables de mí como si me conocieras.

—Puedo y me da la gana.

—¡¿Dónde está Leo?!

—No, no, no, no... no me faltes al respeto, háblame con mucho cuidado que de mí depende la vida de tu hijo. ¿No te lo dijo Love? Sé su sucio secreto. —Ríe a jactándose de tener algo en mi contra—. Para tu información y tranquilidad está bien cuidado, yo sería incapaz de dañar a un niño, en cuanto te mate, alguien llamará para decirle a tu familia que nunca salió de la mansión Johnson.

—Entonces hazlo y llama a mi familia, ¿qué esperas?

—Mmm... no... pensándolo bien quiero quedármelo por un tiempo a ver si conmigo aprende buenos modales, el desgraciado me mordió cuando maté a la pobre vieja regordeta que lo protegía.

Celia. No.

Los recuerdos de mi infancia con ella inundan mi cabeza.

Doy un paso con mi puño en alto y este me apunta en la frente.

—Déjalo en paz, ya tienes lo que quieres.

—Lo voy a pensar... déjame ver... ponte de rodillas. —Agacho la cabeza y accedo a su orden—. Me encanta verte así, soñé con esto por demasiado tiempo. —Me apunta, quita el seguro y pone su dedo en el gatillo, cuando está a punto de disparar veo a Love aparecer detrás del hombre.

—Baja tu arma —ordena Love con lágrimas en sus ojos—. Te lo dije, serás un número más.

Él ríe mirando de costado a Love.

—Ella está aquí. Qué lindo ver cómo se cuidan.

—Debiste tomarlo en cuenta cuando te llevaste a mi hijo —le digo poniéndome de pie.

—A mí me dejaste atrás —revira mirándome con desprecio y escupiendo a un lado.

—¿Por qué hiciste esto? —pregunta Love.

—¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Ay, Love, eres una niña tonta en el fondo, me extraña que aún no lo hayas deducido. Dile, Dante, dile quién es Pablo, quién soy yo. ¡Dile que también soy tu hermano, pero por mí no volviste! ¡Yo no era digno de ser salvado para ti!

Dinastía, Ruleta Rusa 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora