CAPÍTULO 27

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Love


—¿Mami, por qué debemos irnos? ¿Hice algo malo? —pregunta mi pequeño mientras le pongo el cinturón de seguridad, le doy el móvil de Dante y se lo dejo en YouTube, para que vea sus dibujos y se distraiga de todo lo que está pasando.

—No hiciste nada malo, mi amor. —Le doy un beso.

Escucho que Dante se queja en el asiento del copiloto, dejo a Leo listo y me pongo al volante.

—Pásame el teléfono —pide.

Saco el móvil de entre mis pechos donde lo puse al no tener un lugar mejor para guardarlo.

Lo veo luchar por recordar el número que tiene que marcar y luego sonríe. Teclea y yo pongo en marcha el motor.

Ni siquiera hemos solucionado nuestros problemas al cien y estamos prácticamente huyendo juntos, haciendo lo que me juré no hacer, pero verlo recibir cada golpe y que no se avergonzara de nosotros activó algo en mí. Era mi Dante y me iría al fin del mundo por él.

—Ho-la —dice, pero lucha con las palabras por lo que le quito el móvil.

—Hola...

—Señora Dalia... —responde una vieja voz conocida angustiada.

—Soy Love Johnson Moore... mi madre... dijo que acudamos a usted, señor Aki.

—Señorita Love, un gusto poder escucharla, pero si han llamado a este número es porque hay problemas y deben ser extraídos. Dígame cuántas personas sacaré del país.

Miro a Dante sin saber qué responder, somos tres, pero nuestros amigos nos ayudaron de algún modo y sabían del secreto y si padre descubre eso correrán peligro.

—Mis amigas —inquiero mirando a Dante que se agarra las costillas.

—Maneja... cuenta a todos...

Me pongo en marcha y cuando estoy por salir de casa me detengo en la entrada.

Cuando miro a mi costado veo a Piero y a Dayana junto a muchos de nuestros hombres con cara de preocupación. Dayana camina hasta mi ventanilla.

—¿Estarán bien o necesitan ayuda? —pregunta afligida viendo a Dante.

—Sí, estamos bien, gracias, Dayana —le respondo tratando de sonreírle.

—Amigo —saluda Piero llegando por detrás de su mujer.

—Es la despedida —le dice Dante con un gesto de mano jovial.

—¿Podemos ayudarte en algo?

—No, si lo hacen, mis padres los matarán —confieso.

—¡Están locos! —exclama con una sonrisa y negando—. Bueno, tengan un feliz viaje, supongo —se despide Piero de su amigo.

—Cuida de mi amigo... —le pide Dante a Dayana.

—Cuídense —dice Dayana logrando abrazarme desde donde está, le correspondo.

Después de todo fuimos amigas, me vio crecer y Piero es un gran amigo.

Una vez más doy marcha y esta vez no me detengo, solo miro por el retrovisor todo lo que estoy dejando atrás y luego centro mi atención para llegar rápido.

No veré a mi padre nunca más, Killiam ha muerto y Celia... muchas vidas se han perdido para que podamos estar juntos al fin.

—Señorita Love, ¿se encuentra ahí?

Dinastía, Ruleta Rusa 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora