Capítulo 23

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Heeseung

Estoy en una zona cuando me fichan en la cárcel local. Mis pensamientos dando vueltas a su alrededor. Sunghoon, Sunghoon, Sunghoon. ¿Está bien? ¿Está llorando? Mierda. Estoy magullado y todo me duele, pero me duele mucho más el corazón.

No puedo cumplir la condena.

No puedo estar lejos de él.

—Una llamada telefónica —me dice el oficial.

Parpadeando para alejarme de mi aturdimiento, lo sigo hasta el teléfono. Con manos temblorosas, marco un número que había memorizado desde que era adolescente.

—¿Hola?

—Jake. Soy yo, Heeseung.

—¿Heeseung? ¿Por qué llamas tan tarde?

—Necesito ayuda. Necesito que vayas a buscar a Sunghoon y lo mantengas a salvo. Cuida de él.

—¿Por qué? ¿Dónde estás? ¿Qué ha pasado?

Dejé escapar un suspiro. —Estoy en la cárcel por...

—No digas nada más —interrumpe. —Toma, habla con papá.

—¿Hola? -saluda una voz somnolienta.

—Sr. Sim. —Hago una pausa. —Estoy en la cárcel.

—Mierda, Heeseung. ¿Qué ha pasado? En realidad, no digas nada hasta que yo llegue para representarte. —Lo oigo arrastrando los pies. —Diles que tu abogado está en camino.

—Sólo quería que Jake comprobara cómo está mi hermano. No creí que...

—Nada más, hijo. No digas nada.

Asintiendo, me ahogo en mi emoción.
—Gracias.

Cuelga y mi corazón se siente pesado. Sunghoon no se lo tomará bien. Necesito que Jake lo revise y se asegure de que está bien.

Mi mente sigue siendo una niebla y no es hasta que han cerrado durante mucho tiempo la puerta de una celda de detención detrás de mí que dejo que todo se hunda. Sucedió. No importa cuánto lo intentáramos, las fuerzas que intentaban separarnos eran más fuertes.

Ganaron.

Y nosotros perdimos.


*****

Sus gritos de angustia me desaniman. Reverberan a través de las delgadas paredes que separan nuestros dormitorios y se abren camino hasta mi alma.

Están muertos. Están muertos. Están jodidamente muertos.

Solo he estado en casa unas pocas horas, pero es suficiente para darme cuenta de que Sunghoon me va a necesitar de verdad. Perdimos a nuestros padres. Él ya está tan frágil y roto. Dependerá de mí cuidarlo porque mamá y papá no pueden.

Pienso en aquellos tiempos hace unos años cuando su depresión empeoró al llegar a la pubertad. Mamá y papá siempre hacían todo lo posible para consolarlo. Tantas veces lloraba en su cama por la noche, que solía molestarme. Mirando hacia atrás, me doy cuenta de que era yo quien estaba equivocado. En mi vida de mierda, donde tengo a todos convencidos de que tengo un plan y un futuro, nada vive dentro de mí. Estoy vacío.

Sunghoon no está vacío.

Está lleno de más emociones de las que un humano normal puede manejar. Dentro de su vida hay ira, tristeza y desesperación. Debería haberme quedado con la felicidad, pero parece ser una emoción evasiva que los Lee no conocen.

LEE ⛓️ HEEHOON []Donde viven las historias. Descúbrelo ahora