Cuando no quedan más personas en Bonten me apresuro en ponerme linda para Mikey.
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-Al fin llegaste Ari, pasa cariño.
Mikey me da un delicioso beso y aprieta mis glúteos.
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-¿Quieres empezar con la coca o te gustan las inyecciones?
-En ese caso prefiero inhalar, no me gustan las agujas.
-De acuerdo -parte algunas líneas.
Cuando menos me percato ya tengo los efectos de la droga en mi organismo. Mikey me sube a su escritorio desnuda y me masturba, mis tacones se encajan sobre sus hombros.
-Mmmhhh Mikey...
-¿Te gusta así cariño? -pregunta acelerando el ritmo con su mano lo cual provoca que me retuerza de placer.
-Aaahhhh siiiihhh M-mikeyyy asiiiih jefeeehhh
-Puedo hacerlo mejor -advierte el cachondo Mikey.
Arrima un doriyaki y lo pone sobre mi vagina; empieza a comerlo de ahí siendo cuidadoso y cuando muerde lo hace delicadamente, su lengua juguetea con mi clítoris antes de cada mascado y en ocasiones sus dientes jalan mis labios vaginales lo cual me excita.
-Haces que mis impulsos se conviertan de oscuros a fogosos, pastelito -confiesa lamiendo.
-Me encantaaahs -restrego su cara en mi intimidad.
Después pone crema batida sobre su prominente falo, me pongo de rodillas e introduzco su endulzado miembro en mi boca.
-Mmmhhh siiihh succiona oohhh pastelitooh, tú sí que sabes complacer a un hombre -me apremia acariciando mi cabello.
Sigo lamiendo su excitado pene, el sabor de la crema batida combinado con el de su miembro es agradable.
-Cariño dime que ya lo has limpiado porque me muero por metértelo.
-Si Mikey, métemelo -doy brincos para excitar más a Mikey y me da una nalgada.
-Al suelo -ordena -. Te voy a dar tan duro que romperíamos la oficina entera si no lo hacemos en el piso.
