-Felicidades -dice el hombre tomando sus pertenencias -. Ah casi lo olvido... antes de un mes pueden anular el matrimonio siempre y cuando ambas partes estén de acuerdo.
El hombre se retira y yo estoy en completo shock.
-Vaya, cuando escuché que no vendrías creí que fallaría mi plan pero tuve una corazonada y mira lo bien que salió.
-¡¿Qué significa todo esto Kokonoi?! -lo jaloneo de su camisa.
-Qué ahora eres mi esposa.
-Yo no lo entiendo, ¿por qué? Ni siquiera sabía que yo te gustaba.
-Me gustas demasiado Ari, tanto así que le pagué a un anciano corrupto para oficiar nuestra unión.
-No es justo, tú me dijiste que se trataban de documentos que envío Mikey.
-La verdad no creí que fuese tan sencillo -saca la lengua lo cual me molesta aún más.
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-Suficiente me largo a averiguar cómo desunir esta farsa.
-No Ari por favor espera - me sostiene del brazo -. Por favor no te vayas, intentémoslo al menos el mes y si no funciona te juro que firmo sin objeción para disolver el matrimonio.
-No quiero.
-Ari por favor, estoy harto de ser la billetera de Bonten sin tener algo que me motive a continuar todos los días... Sanzu es la mano derecha del jefe, Ran es dueño de las empresas, Rindou tiene su propio burdel y yo tengo dinero, mucho dinero pero eso no me llena, aunque con lo asquerosamente rico que soy podría darte una vida llena de lujos, joyas, viajes.
-Koko no es no entiende, ni siquiera hemos salido a alguna cita, no me conoces en absoluto.
-Con el tiempo me adaptaré a ti, prometo que me esforzaré en hacerte feliz... dime ¿cuánto dinero te gustaría que te diera por semana para que seas feliz?
-¿Para que sea feliz? No Koko te equivocas, lo que yo quiero no se compra con dinero... -suspiro -. Lo que yo necesito es saber el nombre de los asesinos de mi hermana para poder matarlos con mis propias manos, eso sí me haría feliz.
-Dame la oportunidad de convencerte de ser mi esposa y te juro que yo te doy los nombres apenas los tenga en mi poder, contrataré a los mejores investigadores del mundo Ari, sicarios incluso.
-N-no lo sé -me carcome la idea de que probablemente él pueda conseguirlos -. ¿Cómo podría confiar en ti después de que literalmente me acabas de engañar?
-Debes admitir que fue muy astuto de mi parte mentir con que Mikey pedía que firmaras sin saber que en realidad te estabas casando conmigo -no me doy cuenta en el segundo exacto en el que una patada derriba a Kokonoi.
-Con mi nombre no se juega, subordinado estúpido -es Mikey cegado de furia que golpea sin piedad a Kokonoi -. Además que no debes forzar a ser tu esposa a de una de mis empleadas.
