CAPITULO 12

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LOS DETALLES QUE FORTALECEN AL AMOR
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En el amor, no son los grandes gestos los que nos hacen sentir vivos, sino los pequeños detalles que nos recuerdan que somos importantes. Un abrazo inesperado, una sonrisa en el momento justo, una palabra de aliento en la oscuridad. Estos son los detalles que fortalecen el amor, que lo hacen crecer y florecer como una flor en el desierto a pesar de las adversidades.

Recuerdo cuando tus dedos se entrelazaban con los míos sin necesidad de palabras, cuando tu mirada me hacía sentir que era el único en el mundo. Eran detalles pequeños, pero llenos de significado. Eran la prueba de que nuestro amor era real, de que nuestra conexión era auténtica.

Pero los detalles no solo son responsabilidad de uno, son una tarea compartida. Debemos aprender a ver y a apreciar los pequeños gestos del otro, a reconocer el esfuerzo que se pone en cada momento. Debemos aprender a ser gratos, a decir gracias por cada abrazo, por cada sonrisa, por cada palabra de aliento. Cuando uno se esfuerza por amar, ambos se benefician; porque en el amor, la felicidad de uno se entrelaza con la del otro. ¿No es el amor también las ganas de intentarlo a diario? ¿De ser mejores? ¿El esfuerzo mutuo y continúo por amarnos y cobijar el corazón?

La verdadera conexión se da cuando ambos se hacen responsables de sus emociones y necesidades, creando un espacio seguro para el crecimiento mutuo. No se trata solo de encontrar a la persona correcta, sino de ser la persona correcta para el otro, de fomentar un ambiente donde el amor se nutra de empatía y comprensión.

En nuestro amor, he aprendido que los detalles son la clave para mantener la llama viva. Son la forma en que nos decimos "Te amo" sin necesidad de palabras. En cada pequeño gesto, hay una promesa: cuidar, proteger y amar incondicionalmente. Son la manera en que nos recordamos que somos importantes, que somos valorados y que cada día elegimos ser parte del jardín que cultivamos juntos.

Y así, en cada momento, en cada gesto, en cada detalle, nos fortalecemos mutuamente. Nos hacemos más fuertes, más resilientes, más capaces de enfrentar cualquier desafío que se presente. Porque el amor es un compromiso diario, una danza donde ambos debemos movernos al unísono para que la música fluya. Al nutrir estos pequeños actos de amor, forjamos un vínculo indestructible, una conexión que desafía el tiempo y las dificultades.

Pero, ¿Qué sucede cuando los detalles se pierden en el olvido? ¿Qué sucede cuando el amor se vuelve rutina y los gestos se vuelven rutinarios? ¿Qué sucede cuando dejamos de ver el amor en los ojos del otro?

Es entonces cuando debemos recordar que el amor no es solo un sentimiento, sino una elección. Una elección que debemos hacer cada día, cada momento, en cualquier circunstancia.

El amor no es un destino, es un camino. Un camino que se recorre juntos, paso a paso, detalle a detalle.

Y en este camino, no hay nada más importante que el presente. El presente es el momento en que el amor se hace realidad, en que los detalles cobran vida.

Así que, mi amor, no dejes de verme, no dejes de sentirme, no dejes de amarme en los detalles. Porque en ellos, está la esencia de nuestro amor, la razón por la que seguimos adelante.

Contigo todo, sin tí nada.

Contigo todo, sin tí nada

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