CAPITULO 21

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LIBERTAD
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Nuestra historia no fue perfecta, tuvo demasiados errores. Dos personas con ideologías diferentes, perspectivas diferentes. Uno aprendiendo a amar por primera vez y el otro siendo correspondido.

Nuestra historia no fue perfecta, es cierto. Pero vaya que me hizo feliz. Aún en su imperfección pude conocer por primera vez la sensación de sentirnos eternos.

Es increíble como todo puede cambiar en tan solo un momento. Sentir tu vida deshacerse en pedazos mientras le ruegas al corazón que deje de sufrir.

Esa sensacion de morir estando vivos solo ocurre una vez en la vida. El primer amor duele a mares. Sí. Ella fue mi primer amor. El amor que tal vez, no supe cuidar, el amor que se me ofreció pero la inmadurez pudo más que mis sentimientos.

Hoy te dije Adiós. Ya no en un verso. Está vez tú lo leíste. Está vez tú me respondiste. Jamás pensé decirte algo así. Siempre había querido mi vida contigo. Pero hoy estás apunto de pasar el resto de tu vida con alguien más. En tan solo dos días te vas a casar.

Soy feliz. Ya no intento recuperarte. Te amé tanto y deseo que seas felíz, aunque no sea conmigo.
Siempre había sido tu sonrisa la razón de levantarme cada mañana de la cama.

Quedarnos mirando y sonreír era la conexión más bonita que jamás había sentido. Es extraño, aún recuerdo exactamente el sonido de tu risa, mientras la vida se me escapa de las manos puedo recordar cada momento a tu lado.

Duele. Duele demasiado. Duelen los recuerdos. Duelen las memorias, duele la culpa, duele haberte perdido, duele tu indiferencia. Me dueles a mares.

Aprendí que los "para siempre" son frágiles y que el adiós llega sin previo aviso. Hacemos muchas promesas que solemos romper, juramos eternidad cuando nuestra vida es apenas una exhalación, llenamos de mentiras el buzón de la verdad y cosechamos emociones sinceras que suelen ser destruidas al comprender la realidad.

Solemos subir demasiado rápido a las nubes para luego darnos cuenta que la caída es muy dolorosa. Regalamos tiempo a quien creemos lo merecía permitiéndole entrar y destruirnos desde adentro.

Aceptar habernos equivocado, aceptar nuestro error, incluso la culpa, es parte de avanzar, solo así aprendemos que por descuido perdemos aquello que amamos.

He llegado al final de este libro, es entre estas letras que quedarán enterradas mis últimas exhalaciones, llegó el momento de cambiar de página, tardé mucho en entender que solo era yo quien vivía aferrado a una posibilidad, guardando y recordando memorias que vitalizaban mi vida.

Y entonces, quedé observando como poco a poco se alejaba de mi vista; su silueta se hacía cada vez más pequeña, mientras más se alejaba, más costaba divisarla.

Esta vez no iría detrás de ella, di un leve suspiro y susurré, "ve con cuidado", para luego tomar otro camino, sentía al corazón estrujarse, a cada paso podía sentir la necesidad de mis piernas de ir tras de ella, pero, no tenía caso, ya no había lugar para mí, no había recuerdos, memorias, ni momentos que pesara tanto en ella que le hiciera regresar a mirar. Aquella llama que creí encendida, ya se había extinguido hace mucho tiempo.

La mía aún permanecía encendida, nunca se extinguió, pero hoy había llegado el momento de soplar en ella, era momento de apagarla. Aquella luz que me había acompañado por mucho tiempo, hoy dejaría de existir, pero, aunque había cierto dolor, también había felicidad, ella era feliz, había logrado cosas que jamás creyó lograr, cumplió metas y vivió hermosos sueños, aquello tranquilizaba mi alma, había prometido hacer lo necesario para que fuera feliz, hoy ella lo era, y si ella era feliz, yo también lo sería, siempre.

Inhale la mayor cantidad de aire posible en mis pulmones y soplé aquella llama, para ver cómo el humo se llevaba su existencia, este era mi Adiós.

Aquél sentimiento se iría con aquella llama, era momento de cambiar de página y sonreírle al presente, sabiendo que en algún lugar del mundo ella... ella era feliz.

Fin

Conflictos, Sueños y MemoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora