CAPITULO 19

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LA REALIDAD DE LA LIBERTAD
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Aún duele. Aún recuerdo. Aún siento. Pero hoy estoy decido levantarme. Decido caminar. No hacia atrás, hacia adelante. No hacia la sombra de lo que fue, hacia la luz de lo que puede ser. El dolor no desaparece, pero aprendo a convivir con él. Aprendo a encontrar sentido en la ausencia. Aprendo a reconstruirme, pedazo a pedazo.

¿Qué es lo que nos hace levantar después de una caída? ¿Es la fuerza del espíritu o la necesidad de seguir adelante? ¿O es simplemente la certeza de que, aunque el dolor nos acompañe, no puede definir nuestra existencia?

La realidad es dura, pero es mía. La realidad es cruel, pero es libre. No estoy atado a lo que fue. No estoy prisionero de mi dolor. Soy libre de elegir. Soy libre de caminar. Soy libre de existir. En este camino, encontraré la paz. En este camino, me encontraré a mí mismo.

¿Qué significa ser libre en un mundo que nos quiere atados? ¿Qué significa ser libre en un corazón que ha sido herido? ¿Es posible encontrar la libertad en medio del dolor?

No seré el mismo de antes. Seré alguien nuevo. Alguien que ha pasado por el fuego, ha sido pulido, refinado y aunque el proceso ha sido duro ha salido transformado. Alguien que ha aprendido a amar y a perder. Alguien que ha aprendido a vivir. La libertad no es una utopía. La libertad es una realidad. Una realidad que duele. Una realidad que cuesta. Pero una realidad que es mía. ¿Qué precio estamos dispuestos a pagar por nuestra libertad? ¿Qué sacrificios estamos dispuestos a hacer para seguir adelante?

En este proceso de reconstrucción, descubro que la libertad no es un destino, sino un camino. Un camino que se recorre paso a paso, con dolor y con esperanza. Un camino que se recorre con la certeza de que, aunque el pasado no se olvida, no define mi futuro.

¿Qué futuro nos espera después de la oscuridad? ¿Qué luz nos guía en el camino hacia la libertad? ¿Qué voz nos susurra al oído que todo va a estar bien?

Quizá, no lo sabremos hasta volver a ver el sol. Así que sigo adelante, sin saber qué me espera, pero sabiendo que estoy listo para enfrentarlo. Estoy listo para vivir. Estoy listo para ser libre. Y eso es suficiente.

Eras mía, te tenía, te tuve y te perdí. Perdóname por soltarte.

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