CAPITULO 15

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LA REPERCUSIÓN DEL MIEDO
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Tu nombre ya sonaba en mi corazón antes de conocerte, como un eco de un amor aún por descubrir. Y cuando por fin te encontré, supe que eras la música que complementaba mi silencio. Eres la poesía que le da sentido a mi vida, la pieza faltante en mi rompecabezas... Mi inspiración.

La belleza de nuestro amor residía en los detalles. Una mirada, un gesto, un susurro. Cada momento juntos era un tesoro que atesorábamos en nuestro corazón. La llama del amor que nos envolvía parecía inextinguible.

Podía verme en tus ojos y seguir amándote como la primera vez. Sentarme a tu lado y escucharte hablar de todo y de nada, compartir historias y silencios, solo disfrutando de la presencia del otro.

El calor de tu mano en la mía, el latido de tu corazón cerca del mío. Era como si el tiempo se detuviera. "Recuéstate en mi pecho vida mía, siente mi corazón. Siente la calidez de nuestro amor. Déjame abrigarte el alma. Callar el ruido. Aliviar la agonía de tu corazón"

El amor siempre ha sido la respuesta a nuestra existencia. La base solida de la felicidad. Nacemos y nos sentimos amados y desde ese entonces lo único que buscamos es eso. Entonces ¿Quien podría negarse al amor?

Pero, ¿Y si te pierdo? ¿Y si dejas de amarme? ¿Y si tus ojos dejan de verme? ¿Y si tú corazón se aleja del mío? ¿Y sí...?

Un frío extrañamente familiar recorrió mi alma. ¿Por qué volvía a sentirlo? Quise abrigarme pensando que la rutina diaria, el trabajo, el estrés o cualquier otra cosa lo estaba causando. Pero desde el fondo de mi corazón, casi como un susurro, se escuchó un lamento.

La verdad es que no me di cuenta. No vi las señales que ella me enviaba, las sonrisas forzadas, los ojos que ya no brillaban como antes. Estaba absorto en mis propios pensamientos, creyendo que todo estaba bien.

Pero entonces ella dejó de dar señales, a la espera de que yo lo notara. Y yo, ciego y sordo, seguí adelante, sin percibir el cambio que se avecinaba.

¿Que tanto nos puede desgastar la vida como para descuidar lo más importante? ¿Cuánto puede durar un corazón sin sentir amor? ¿Por qué ignoramos la realidad para engañarnos y creer que todo está bien?

Era momento de detenerme. Miré hacia atrás. Y vi que la llama que nos unía comenzaba a apagarse, como una vela en el viento. La habitación que una vez estaba llena de calor y luz, ahora parecía fría y oscura.

Me sentí como si estuviera perdiendo algo precioso, algo que nunca podría recuperar. La sensación de miedo y desesperación me invadió. ¿Qué había pasado? ¿Por qué no me di cuenta?

Quería aferrarme a lo que quedaba, pero no sabía cómo. La llama que se apagaba parecía llevarse consigo todo lo que habíamos construido. Me sentí impotente, como si estuviera viendo cómo se desmoronaba nuestro mundo.

Y sin embargo, todavía había esperanza. La llama no se había apagado completamente. Aún había una chispa, un resplandor débil que me hacía creer que todavía había tiempo para salvarla.

Pero, ¿Sería suficiente?

Pero, ¿Sería suficiente?

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