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17: Nos volvemos a encontrar

El recuerdo que Su Tang tenía de Shi Man todavía era de la última vez que golpeó a esos matones en la fábrica. Sería una mentira decir que no tenía miedo, pero Su Tang todavía tenía una confianza inexplicable en Shi Man. Mientras no provocara a Shi Man, no le haría nada.

Después de confirmar sus pensamientos, Su Tang reunió su coraje y quiso hablar con Shi Man, pero fue interrumpida por una voz desde atrás.

—Xiaohan, es Shi Man. Es una mujer desvergonzada que no deja de molestar al primo de Song Zhi.

—Aiyo, ¿por qué hoy no está vestida como un faisán? —se burló Fang Han.

Ella y el primo de Yi Zheng, Song Zhi, eran buenos amigos. A menudo asistía a algunos banquetes con la familia Song. En cada ocasión, Shi Man se vestía de manera inapropiada y se convertía en el blanco de las burlas en los banquetes.

En el pasado, Shi Man siempre venía a complacer a Song Zhi por el bien de Yi Zheng. Naturalmente, la gente de su círculo siempre la despreciaba y se burlaba de ella.

Su Tang los escuchó discutir sobre Shi Man y la miró torpemente.

Aunque Shi Man siempre le había causado problemas en el pasado, ella no había sufrido ningún daño sustancial después de todo. Además, Shi Man estaba un poco celosa porque su prometido estaba viviendo con otra mujer. Además, Shi Man la había salvado anteriormente

—Son así. No te tomes a pecho lo que dicen. —Su Tang dudó un momento antes de decir algo reconfortante.

Por supuesto, Shi Man no se lo tomó a pecho. De hecho, no escuchó en absoluto lo que decían.

Estaba acostumbrada a no tener mucho tiempo privado, por lo que no solía desperdiciarlo con gente insignificante. Eso era algo que había llegado a comprender cuando era agente.

Sin embargo, Shi Man todavía estaba un poco sorprendida por la actitud de Su Tang hacia ella. Después de todo, Shi Man le había pedido a alguien que secuestrara a Su Tang hace unos días. Si Shi Man supiera lo que Su Tang estaba pensando, definitivamente estaría muy sorprendida y desconcertada.

Ella no entendía cómo podía haber una persona tan pura y estúpida en este mundo. Después de sufrir acoso, incluso pensó en lo difícil que era para los demás.

—Sí —respondió Shi Man con indiferencia. Abrió el libro y comenzó a compararlo con la pizarra, sin saber de qué estaba hablando Su Tang.

Geng Hui ya había comenzado su conferencia. Se trataba de una lección de historia. Ella estaba muy interesada en la historia de este mundo y quería escuchar con atención.

Su Tang se sintió un poco aliviada al ver que Shi Man parecía estar ansiosa por aprender. Anteriormente, la señorita Shi había estado molestando al hermano Yi y metiéndole problemas todos los días. Ahora que estudiaba mucho, significaba que todavía estaba motivada.

Pensando que todavía tenía que trabajar a tiempo parcial por la noche, Su Tang comenzó a escuchar con seriedad.

Geng Hui, que estaba en el podio, se sintió muy conmovido por el anhelo de conocimiento de los dos estudiantes.

Aparte de Su Tang, nadie había escuchado su clase con seriedad durante mucho tiempo.

No, para ser precisos, solo Su Tang escuchó la clase con atención. Los demás lo ignoraron.

Aunque la Academia Cassel era una escuela, en esencia era un servicio para los jóvenes maestros y señoritas de los nobles. Incluso su salario lo pagaban las familias de estos jóvenes maestros y señoritas. Era muy difícil disciplinarlos.

Sin embargo, mientras alguien escuchara, Geng Hui les enseñaría seriamente. Además, ya había dos estudiantes serios ahora. No sabía si esta señorita Shi era realmente diferente de los rumores por capricho, ¡pero esto ya no era importante!

Geng Hui pareció haberse inspirado y se animó al instante. Relató vívidamente la historia reciente de este país.

Sin embargo, todavía había muchos estudiantes en la clase. Su boca no era rival para las docenas de bocas que había debajo.

Shi Man estaba sentada junto a la ventana y no podía oír lo que decía Geng Hui. Se giró para mirar a Su Tang, que tomaba notas con atención. Shi Man estaba desconcertada. "¿Qué oíste decir a Geng Hui?"

"No puedo oírlo", dijo Su Tang, "pero puedo leer los labios".

Shi Man se quedó sin palabras cuando vio la expresión seria de Su Tang.

—Estoy bromeando. Ya me he acostumbrado. Puedo aprender de la pizarra y de los libros de texto. —Su Tang inclinó la cabeza y reveló una sonrisa inocente. Sus mejillas estaban ligeramente rosadas y sus pequeños colmillos la hacían lucir aún más exquisita y linda.

Shi Man miró la sonrisa de Su Tang y pensó cuidadosamente en lo que había hecho estos últimos días.

¿Se llevaban bien los dos? ¿O Su Tang era un amigo espontáneo?

Pase lo que pase, si esto continuaba, no podría escuchar la clase de hoy.