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Los golpes volvieron a ser presentes en la puerta.

Prometo que no tenía la intención de abrir pero me sentí mal por ella.

Celeste- ¿Está Iván? -preguntó sin antes saludar-

Fruncí el ceño al verla. El estado en que se encontraba era muy desolador; se veía bastante demacrada, con unas ojeras enormes, su piel estaba algo pálida, su cabello despeinado, sus ojos estaban rojos e inchados, dándome a entender que había estado llorando.

Ely- Eh... sí, pero... ahora está bañándose -respondí un poco confundida y preocupada-

Celeste- Lo siento por venir a estas horas, pero necesito hablar con Iván. Por favor -unió sus plamas en un gesto de suplíca-

Asentí poco segura, pero me hice a un lado para que pasara.

Celeste- Gracias -sonrió sin mostrar los dientes. Entró para sentarse en uno de los sillones de color negro-

Cerré la puerta y me senté en otro sofá más pequeño.

El ambiente entre nosotras era bastante incómodo

Cerré la puerta y tomé asiento en un sofá más pequeño, el silencio entre nosotras era denso. Celeste se veía inquieta, no debaja de mover una de sus piernas, al igual jugaba con sus manos y miraba todo el tiempo las escaleras en espera de Iván.

No puedo negar que me daba curiosidad él qué podría estarle pasando, pero no me metería en cosas que no eran conmigo.

Escuché la puerta de arriba cerrarse seguido por los pasos de Iván.

Noté que Celeste se vía aún más nerviosa.

Divisé a Iván bajar las escaleras con un pantalón largo, y como de costumbre, no tenía remera, tenía el cabello aún mojado de él que seguían cayendo algunas gotas de agua.

Celeste- I-Iván -escuché como la voz le tembló. Se paró del sofá para mirar a Iván con un notable nerviosismo en su rostro-

Frenó derrepente en medio de las escaleras al ver a la pelirroja, me miró con el ceño fruncido, para volver a mirarla a ella.

Celeste- N-necesito hablar co-contigo -susurró Celeste mientras temblaba-

Iván bajó las escaleras y se paró frente de ella con una ceja alzada para finalmente meter sus manos en sus bolsillos, esperando que dijera lo que tenía por decir.

Celeste- E-es que... yo... -tratamudeó- Lo siento, Elizabeth, -me miró desesperada- ¿Podrías dejarnos a solas? -dijo con desesperación-

Yo quería saber el chisme...

Pero le daría su espacio, se notaba que era algo muy importante para ella.

Asentí, me paré de sofá para subir a la habitación de Iván y dejarlos a solas para Iván me interrumpió.

Iván- Ella no tiene porqué irse. Si vas a hablar, hazlo de una maldita vez -dijo con molestia-

Me quedé ahí, incomoda por la situación.

Celeste- Bien... -tragó fuerte- Iré al grano... -sus ojos se cristalizaron- Yo... estoy embarazada... -cayeron algunas lagrimas por sus mejillas- Mi madre me echó de casa y... -sollozó más fuerte- No sé qué hacer, ni siquiera sé de quién es -tapó su cara con sus manos-

En ese momento me arrepentí de no haberme ido y darle su espacio, Aunque... a todo esto... ¿Qué tenía que ver Iván?

Iván- ¿Y eso que tiene que ver conmigo? -preguntó con una voz algo arrogante-

Mi Chico Perfecto | Iván BuhajerukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora