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Me acerqué a ella, pero me pareció raro que estuvieran tan sonriente.

Se dejó caer hacia atrás y me puse arriba suyo.

Ely puso sus manos en mis mejilla y no dejó de sonreír.

No creo que siga borracha, vomitó dos veces, no debe estar borracha.

Me acerqué a sus labios y ella jugó con uno de sus pulgares en mis labios, acercó mi cabeza a su saca cortando la distancia entre nosotros en un beso tierno.

El beso sabia a alcohol así que confirmé que seguía borracha.

Me separé del beso y la observé unos segundos. Ya no tenia maquillaje ya que se había bañado y la verdad es que se veía muy linda sin maquillaje. Podía ver  unas cuantas pecas en su nariz que nunca había visto, sus ojos marrón claro me encantaban, a pesar de ser un color común había algo diferente en ellos...

Ely- ¿Qué pasa? -dijo la morocha sonriente-

Iván- Nada... vamos a dormir -me acosté en la cama-

No haría nada con ella en ese estado, además ella lo había dejado para el día siguiente, o sea mañana, podía esperar.

Nos acostamos dentro de las sábanas.

Ely me miró unos segundos y después se acercó a mí y se acostó en mi pecho, la iba a quitar pero me sentí cómodo y pasé mi mano a su cabello y la dejé ahí unos segundos pensando si hacerle mimos o no.

No voy a hacer esa estupidez.

Quité mi mano de su cabello y la pasé a su espalda.

Unos raot después pude sentir la respiración de Ely muy lenta, eso quería decir que ya se había dormido.

No tenía nada de sueño, normalmente me duermo muy tarde y probablemente hoy no sería la excepción.

Levanté suavemente de mi pecho a Ely y bajé a la sala.

Hacia mucho frío. No tenía remera puesta, sólo tenía puesto un pantalón largo gris y medias

Miré por la pared hecha de ventanas pero estaba un poco oscuro, seguro era por la hora.

Subí a mi habitación y me puse una sudadera negra y unos zapatos, guardé mi celular en mi bolsillo y algo de dinero.

No sé que haría afuera pero compraría pastillas para el dolor de cabeza que seguro tendría mañana Ely.

Antes de salir me miré en el espejo. Despeiné un poco mi cabello, así me gustaba más y acomodé de lugar el pircing en mi nariz, siempre se me movía de lugar.

No fui en mi auto, seguro iría a un parque cerca, no necesitaba ir en auto.

Caminé un poco, y para ser las 1:30 a.m. habían muchas personas en la calle, y era viernes, bueno, sábado más bien, hoy la mayorías de personas salían.

Caminé hasta un parque donde vi a una chica algo conocida sentada en un columpio.

Celeste...

Me puse la capucha de la sudadera para que no me reconociera pero lo hizo.

Celeste- ¡Iván! ¡Hola! -sonrió-

La miré serio y caminé hasta una banca lejos de ella pero me siguió.

Para empezar ¿Qué hacía aquí a esta hora?

Celeste- ¿Me recuerdas? -se sentó a mi lado-

Iván- Por desgracias sí -dije molesto-

Mi Chico Perfecto | Iván BuhajerukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora