Mi Chico Perfecto | Iván Buhajeruk

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Narra Iván Buhajeruk.

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Unas horas antes.

No podía creer que la misma que dijo esas palabras antes de irse era la misma que me había herido tanto en el pasado.

Me quedé completamente paralizado mirando la puerta por la que había salido segundos antes como su fuese a volver.

Era como si sus patéticas palabras hubieran abierto una herida que creía cerrada.

Elizabeth me abrazaba, pero estaba tan sumergido en mis pensamientos que no me di cuenta de que sus brazos me rodeaban desde hacía un rato. Automáticamente, acaricié su espalda, buscando consuelo, pero mis pensamientos seguían atormentándome.

¿Cómo se atrevía a cuestionar mis sentimientos por Elizabeth? Estaba seguro de que... ¿De que ya no sentía nada por ella? Yo, estaba seguro de que amaba a Elizabeth... ¿Cierto...?

Salí de mis pensamientos para abrazar a Ely. Necesitaba mucho un abrazo de ella ahora. Dejé caer mi cabeza en su hombro buscando algo de refugio en sus brazos.

Iván- Hija de puta -mumuré y pasé una mano por mis ojos sintiendo frustración dentro de mí-

Necesitaba pensar bien las cosas, estaba seguro de que amaba a Elizabeth, pero muy en el fondo sabía que no creía olvidar a Celeste.

En estos momentos estaba llegando a punto de cuestionar mis sentimientos hacia Elizabeth, necesitaba despejarme un rato, tal vez unas horas.

Iván- Saldré a caminar, necesito pensar
-me separé de su abrazo-

Subí a mi habitación para ponerme ropa para salir. Era bastante tarde, pero lo necesitaba, hace unas horas estuvo lloviendo por lo que opté por una sudadera por el frío y unos tenis, tomé mí teléfono y bajé. De reojo vi a Elizabeth en el sofá, su mirada seguía cada uno de mis movimientos pero no tuve el valor de verla a los ojos, simplemente pasé de ella y no la miré.

La calle estaba bastante desierta, era lunes, más bien, marte en la madrugada, yo era el único idiota en la calle a estas horas.

Al llegar al parque me senté en una banca.

Estaba nuevamente empezando a volverme mierda por la maldita mujer, estaba comiéndome la cabeza por culpa de ella; Celeste.

Odiaba el poder que tenía sobre mí y me odiaba más por permitirlo.

Pasé mis manos por mi cabello y solté un suspiro cargado de frustración.

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Regresé a mi departamento después de unas horas.

Entré esperando ver a Elizabeth, pero no había rastro de su presencia.

Subí al mi habitación por si estuviese dormida pero no estaba ahí, busqué en el baño, pero seguía sin haber rastro de su presencia, bajé con una última esperanza para buscar sus zapatos en la entrada de la casa y eso solo confirmaron mis sospechas; se había ido

Me tiré en el sofá para sacar mi teléfono de mi bolsillo y escribirle.

Pensé en muchas cosas para escribir pero solo pude escribir:

"Sí querías irte solo tenias que decírmelo, es peligroso salir sola a esta hora"

Esperé unos poco minutos pero no recibí respuesta, empecé a preocuparme asique dejé otro mensaje.

"Sólo dime que llegaste a casa a salvo"

Unos pocos segundos después recibí un mensaje de su parte.