EL TESORO TEMPLARIO

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                       Richard recibió una llamada que le hizo salir rápidamente de casa sin dar ninguna explicación. Se le requería en el Instituto Anatómico Forense de Newport. No le dieron más explicaciones. Tan solo una indicación, que accediera al edificio con el coche hasta el patio interior de recepción de ambulancias. Llamó insistentemente a John, pero no obtuvo contestación. Después de recibir por la mañana el extraño mensaje de que no apareciera por comisaría hasta nueva orden no pudo hablar con él. Tenía una extraña sensación. Al pasar por el acantilado, entrando en el puente de Newport Bridge vio los coches de policía y bomberos. Le informaron de un accidente sin darle más datos. Volvió a intentar comunicarse con su compañero, pero una vez más no obtuvo respuesta. Cuando llegó al Anatómico Forense le hicieron pasar a la sala nº 3. No sabía lo que iba a encontrar, pero tenía la seguridad de que no le iba a gustar. Al entrar vio a John sobre una camilla, con la camisa llena de sangre siendo atendido por un médico.

-¿Se puede saber que haces aquí? ¿Qué te ha ocurrido? ¿Por qué no contestas al teléfono?

-¿Qué pregunta quieres que te conteste primero?

Richard tenía las manos apoyadas en la cintura con el cuerpo muy tenso. Resopló para tranquilizarse.

-¡Joder John! Presentía que se trataba de ti, pero no creí encontrarte aquí vivo.

-Necesitamos que los que han hecho esto piensen que han conseguido su objetivo. Conseguiremos una buena baza si creen que he muerto.

-¿Los que han hecho esto?

-Te lo explicaré mientras vamos a casa - dijo torciendo el gesto por el dolor.

-Lo siento detective. Mis pacientes no suelen quejarse - le dijo el forense sonriendo - y menos mal.

John sonrió a duras penas.

-Cuando acabe necesitaremos un falso informe de autopsia - dijo Richard seriamente. Después saldremos de aquí sin que nadie nos vea.

                 Richard metió el coche en el garaje de casa de Christine. Cuando por fin entraron, encontraron a las mujeres ante el ordenador buscando información sobre "Los Caballeros del Temple y sus tesoros". Al levantar la vista de la pantalla Max vio el ensangrentado aspecto de John. Contuvo la respiración llevándose la mano al pecho. Se acercó lentamente a él sin poder pronunciar palabra.

-Tranquila, estoy bien.

-Nadie lo diría - replicó Christine.

Max no se atrevía a acercarse demasiado por miedo a hacerle daño.

-Ven, recuéstate en el sofá - le dijo Richard mientras le ayudaba.

-Richard, Norton está aquí. Ha estado en comisaría.

El semblante de Richard cambio radicalmente.

-¿Él te ha hecho esto?

-No, pero estoy seguro que tiene algo que ver. Pregunto por ti. No tiene mucho sentido, teniendo en cuenta la relación poco amistosa que tenéis, pero cuando le sugerí que me diera algún número de contacto para que hablaras con él, hizo lo posible por evadirme y se marchó.

-¿Qué es lo que quería?

-Pregunto por el pergamino que llego de la Universidad de Georgia.

Richard y Christine se miraron en silencio. Al fin Christine pregunto con expresión de confusión.

-¿Preguntó por el pergamino?

-¡Exacto! ¿Cómo pudo saber de la existencia del pergamino, si lo que llegó de la Universidad fue la figura del "león chino"?

LA FIGURA CHINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora