Capítulo 29 - Me voy

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Ari

El sol se colaba entre las persianas de la habitación de invitados de Gavi. El brillo matutino anunciaba el inicio de otro día, y yo llevaba casi una semana en esta habitación que se había convertido en una especie de refugio improvisado. 

Aún me resultaba difícil procesar lo rápido que había cambiado todo: de vivir con Pedri y compartir casi cada minuto, a despertar en un espacio ajeno, alejada de él y de la vida que habíamos construido en Barcelona. Pero, en medio de toda la confusión, sentía que había tomado la mejor decisión.

Estaba trabajando en mi portátil, organizando las últimas publicaciones de las redes sociales y revisando algunos mensajes pendientes. Marina, había sido increíblemente comprensiva con toda la situación, aunque no le había dado muchos detalles. 

Desde hacía unos días, me había permitido trabajar desde casa, algo que en cierto modo había sido un alivio. No quería encontrarme con Pedri en las instalaciones del club, y lo último que necesitaba era pasar por incómodos encuentros en el trabajo. Estaba mejor así, al menos de momento.

Entonces, mi teléfono vibró. Era Marina. Supuse que llamaba para coordinar la próxima campaña, así que contesté sin pensar demasiado.

—Hola, Marina —dije, intentando sonar profesional a pesar del torbellino de emociones en mi interior.

—¡Hola, Ari! ¿Cómo estás? —me respondió con su tono cálido habitual.

—Estoy bien, gracias. Acabo de terminar el calendario de publicaciones para el próximo mes. ¿Necesitas que revise algo más? —le respondí, tratando de no mostrar en mi voz el cansancio acumulado de la última semana.

Marina hizo una pausa y luego exhaló con un tono pensativo.

—De hecho, te llamo por otra razón. Quería ofrecerte una oportunidad que sé que podría interesarte.

Eso captó por completo mi atención.

—¿Qué oportunidad? —pregunté, sintiendo una pizca de curiosidad y algo de expectación.

—Ha surgido un puesto en la oficina de Tenerife. Es una posición que se enfoca en un proyecto muy importante para la región, y me preguntaba si te interesaría trasladarte allí para ocuparlo.

Tenerife. Mi isla. El lugar donde había crecido, donde estaba mi familia, donde todo parecía más simple. Solo pensar en ello me dio una sensación de paz, algo que no había sentido desde hacía mucho tiempo.

—¿En serio? —pregunté, aún sorprendida por la oferta. La idea de regresar a casa no había pasado por mi mente, pero sonaba como una salida perfecta a toda esta situación.

—Claro. Has trabajado mucho y sabes manejar todos los aspectos del equipo de marketing. Serías la candidata ideal. Además, sé que ahora mismo no estás pasando por tu mejor momento, y pensé que tal vez podrías considerar esta opción.

No tuve que pensarlo demasiado. Barcelona era maravillosa, pero en este momento solo podía pensar en alejarme, en poner algo de distancia entre Pedri y yo.

—Lo acepto. —Mis palabras salieron con firmeza y sin dudas, sorprendiendo incluso a mí misma.

—Me alegra escuchar eso. Organizaré los trámites para que puedas trasladarte mañana mismo. ¿Te parece bien?

Mañana, joder, esperaba tener un poco más de tiempo, pero quizá hacerlo así de rápido lo haría todo más fácil.

—Perfecto, gracias de verdad. —Agradecí profundamente el tono cercano de Marina. Colgué, dejando el teléfono sobre la mesa y cerré los ojos un momento, sintiendo que esta decisión era, de alguna manera, un paso hacia adelante.

Siempre fuiste tú - Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora