Capítulo 24 - Un dia de partit

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Pedri

Sentí un chorro de agua fría empaparme la cara  y abrí los ojos cagado del susto. Por  un momento creí que soñaba cuando vi a mi hermano descojonándose. Me tuve que frotar los ojos para asegurarme de que no estaba alucinando.

— ¡¿Fer?! 

Vale, el grito de la rubia me acababa de confirmar que no me estaba volviendo loco. Ari saltó de mis brazos para abrazarse a mi hermano y yo no perdí tiempo en coger un cojín y estampárselo en la car a mi hermano

— Cabrón — le insulté revolviéndome el pelo para quitarme el agua que me quedaba aun

— Yo también me alegro de verte, hermanito — se rio 

La escena era divertida: yo, todavía en la cama, empapado y con el corazón acelerado, y Ari riendo mientras abrazaba a mi hermano. No podía evitar sonreír al ver cómo se alegraba de verlo.

— ¿Qué haces aquí? —pregunté, intentando sonar casual, aunque la curiosidad me picaba.

— Solo vine a hacerte una visita. Pensé que podría hacerte compañía en tu nueva vida de "novio" —dijo, enfatizando la última palabra con un tono juguetón.

— ¿Y has venido de Tenerife a Barcelona solo para eso? — le pregunté con una ceja enarcada y una sonrisa 

— Bueno, quizás también quería ver cómo llevas eso de ser el galán del Barça —dijo, soltando una risa burlona.

Ari, aún abrazada a él, comenzó a reírse también. Me encantaba verla así, feliz y despreocupada. 

— Tienes que ver cómo se le ilumina la cara cuando está cerca de Ari —agregó Fernando, mirándome con complicidad.

Me sonrojé, incapaz de evitarlo.

— Sí, bueno, solo estoy tratando de no hacer el ridículo —respondí, intentando restarle importancia.

— ¡Ah, eso es imposible! —exclamó Ari, soltándose de Fernando y acercándose a mí—. Con lo torpe que eres, el ridículo te sigue a donde quiera que vayas.

— Oye, ¡eso no es justo! —protesté, aunque sonreía. Había algo encantador en su manera de bromear.

— No te enfades cariño — me dijo antes de darme un beso que agradecí

— Perdón eh, creo que me he dejado la vela en Tegueste — nos interrumpió mi hermano

— Envidioso — le saqué la lengua

— ¿Y hasta cuando te quedarás? — le preguntó Ari mientras seguía abrazada a mi

— He venido un par de días solo, tenía que gestionar unas cosas. Así que supongo que me vais a acoger en vuestra humilde morada, ya que ahora solo necesitáis una habitación.

Ari se rio escondiendo su cara en el hueco de mi cuello. Los dos sabíamos que era verdad

— Fantástico, pues dos días aguantándote 

Fingí disgusto pero realmente echaba mucho de menos a mi hermano, y me apetecía pasar mas rato con el.

— Cállate bobo — me respondió riendo — ¿Desayunamos o os vais a quedar en plan osos amorosos?

Ari y yo nos miramos con una sonrisa antes de reírnos.

— No era una pegunta, anda vagos levantad el culo, vamos a desayunar, que encima que os lo traigo

— ¿Nos has traído el desayuno? — pregunto Ari y Fer asintió — Te amo — le dijo saltando a sus brazos

Fer la cogió en brazos y yo me hice el enfado aunque me encantaba ver la relación tan cercana que tenía con mi hermano.

Siempre fuiste tú - Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora