Capítulo 36

648 47 9
                                    

                       •Escape sin salida•

La maldita jaqueca me tiene de un humor negro, las ganas de retorcerle el cuello a Lizbeth y sacarle la tráquea por traidora no me ha dejado concentrarme ni un solo segundo. Necesito volarle los sesos a Carlo y hacer que se los trague por ser un puto cobarde.

Pagará con su vida.

No aguanto más tiempo, el tener que soportar estar rodeado de tanta mierda y que cuanto más pasa el tiempo será mucho más difícil poder salir de aquí sin poner en riesgo a Malory en verdad a acabar conmigo. Debí matar a Lizbeth cuándo tuve la oportunidad y no esperar tanto tiempo, maldigo a Alex por no dejarme hacer las cosas a mi modo y por no haberlos acabado cuando debía hacerse.

Mi padre me tiene de manos atadas trucando mis planes, termino golpeando cualquier cosa frente a mi y el lugar se vuelve pequeño cuando asimilo que estoy solo en esto. No puedo esperar más tiempo, estar lejos de Cora me está poniendo mal y la necesidad de saber que está bien me está enloqueciendo

No necesito a nadie. Lo saben, podría acabar con esos malditos sin su ayuda, lo he hecho durante años y estoy a un minuto para mandarlos a todos a comer mierda y empezar a actuar de una puta vez

—Hay que buscar otra solución— comenta Alex con la mirada perdida en algún punto.

Puedo entender su debilidad al tener a su hija bajo estas condiciones, sin embargo, no puede actuar como un jodido débil cuando lo necesario más demente que nunca. Joder, por esta razón es que jamás me podré enamorar de nadie.

—¿Que otra?— la ira se hace presente y evidente en cada palabra que sale de mi boca.—¿Dime cuanto tiempo más tenemos que esperar para acabar con esos hijos de puta?

No puedo si quiera imaginar tener que soportar a esa perra por más tiempo, es una maldita loca que no piensa más que en esa jodido código que me las ingenie para ocultar, poco a poco en tiempo se acaba y sé que ellos descubrirán que lo que buscan lo he tenido en mi poder hace semanas. Cada segundo qué pasa es solo mi reafirmación a qué tengo que hacer las cosas como yo las haría, como siempre las he echo.

La traición que todos piensan que hice me ha dejado por el suelo, los que alguna vez me apoyaron ahora están a kilómetros de distancia mientras que no tengo ni idea de que sucede con Cora. He pensado, analizado, buscado, recalculado, y sin embargo, todas mis conclusiones son las mismas, no tenemos tiempo para pensar en algún plan, tenemos que atacar y matarlos a todos acabando con esos malditos de una vez por todas

—¿Sabes algo sobre Carlo?—pregunté y es que la sola idea de que él muy maldito le puso las manos encima a mi mujer me está llevando a un puto colapso mental

—Desapareció después de atacar a Cora y asesinar a Antoni.

El muy maldito sabe lo que le espera si asoma sus narices aquí y es completamente acertado, su maldito final será mis manos en su garganta haciendo que se trague sus ceses.

—Reúne a la familia e informales todo lo que sucede, atacaremos ahora.— le indicó a Alex quien me observa con preocupación

—Es mejor ahora que nunca, vamos.— susurra su esposa tomando sus manos como muestra de afecto haciendo que me gire para no presenciar aquella asquerosidad, pues ver a un Massaro bajo la influencia de una mujer siempre será el peor de los finales.

Ambos se largan de mi vista y me quedo unos segundo allí tratando de acaparar mis ideas y de controlar mis impulsos de querer asesinarlos a todos.

Me adentro de nuevo en el bosque y no tardo mucho en llegar de nuevo a la casa donde nos ocultamos hace un par de semanas. Entro en ella y mis pasos hacen que todos pongan sus ojos sobre mi, repaso a cada uno con la mirada analizándolos y verificando que son los mismos imbeciles de siempre.

PLACER Where stories live. Discover now