Capítulo 54

511 49 6
                                    

                         •Encuentros•

Cora.

Me detengo por un segundo, el cansancio me hace dar un mueca y la desesperación me está haciendo perder el control. Mi respiración está agitada y el dolor en mis piernas es insoportable. Respiro hondo y tomó asiento en la orilla de la carretera al mismo tiempo que me deshago de mis tacones

Dios, llevo horas caminando y no se ve ni un alma cerca, pareciera que estuviera en alguna carretera abandonada. Masajeo mis tobillos tratando de alivianar el dolor y el cansancio mientras recupero fuerzas para seguir avanzando

Sin embargo, la sed es otra que me golpea secando mi garganta y a pesar de que el sol ya se está ocultando, siento la resolana en cada poro de mi piel.

Esto no me gusta para nada, ya deberá haber alguien, o al menos algún auto. Tampoco me he topado con el hombre robusto que me trajo hasta este lugar con su maldita excusa de que iba de parte de Nick. Joder, esto me pasa por ser una mujer confiada.

Descanso unos minutos más. Me levantó con cuidado y camino lentamente con los pies descalzos. La brisa que corre por los árboles me refresca el cuello haciéndome girar para recibir un mejor impacto, sin embargo, en cuanto doy la vuelta, mis ojos captan un auto haciéndome suspirar aliviada

—En hora buena...—Murmuró pasando salvia y extiendo mi mano para detener el auto

Doy un paso atrás por instinto cuando el auto se detiene frente a mi abruptamente, empuñó el arma que está en mi espalda baja preparándome para cualquier cosa, quien sea que esté allí empieza a apagar y a encender la luz y el motor ruge de furia

Tiemblo y mis sentidos se ponen en alerta cuando más autos se acercan. En un segundo estoy rodeada de ellos. Maldigo para mis adentros y le ruego a la vida que no sea lo que estoy imaginando. El primer auto acelera a por mi y sin remedio, suelto los tacones empezando a correr como loca

—¡No huyas maldita perra!— escupe con ira y los disparos chocan a mi alrededor

Me escabullo por los árboles haciendo que estos me rasguñen, no me detengo sintiendo su voz en mi espalda, corro lo más rápido que puedo y los pies empiezan a doler mucho más.

No sé cuánto tiempo duro pero siento que pueda respirar obligándome a detener. Me escondo tras un árbol y pongo la mano en mi pecho tratando de normalizar mi cuerpo y la sensación abrumadora me tensa en un segundo. ¿Que carajos fue eso?.

Respiro pesadamente mientras el sudor corre por mi frente. No tengo ni idea si he conseguido escapar, pero al menos ya no escuchó gritos o pasos. Me sujeto con fuerza del tronco del árbol en cuánto siento una enormes ganas de vomitar y el mareo se hace presente

Respiro hondo y me obligó a no perder el control, ¡no es momento para ser débil!. Sin embargo, mi vista se torna borrosa y mis piernas ya no resisten mi propio peso. Parpadeo varias veces tratando de mantenerme despierta, tomó y suelto el aire con lentitud para no desmayarme, pero la oscuridad me está invadiendo los sentidos cada vez más y más

Siempre pensé que la suerte era una simple palabra de poco valor. La verdad es que, ella al igual que todas las personas que he amado me han dejado, jamás experimenté que era tener la suerte de tu lado, pues mi vida se ha marcado por desgracias y más desgracias, como si estuviera condenada al sufrimiento

Y que por más que mis actos sean buenos, nunca iba a recibir una recompensa. Siento una risilla por mis propios pensamientos. Ni una mierda, he asesinado a sangre fría para sobrevivir, me convertí en todo lo que siempre odié para que los monstruos no me comieran viva, lo hice y lo haría, porque al final de cuentas eres tú quien te salva siempre.

PLACER Where stories live. Discover now