Capítulo 40

649 44 9
                                    

•Las cartas sobre la mesa•

Todos a mi alrededor seguían debatiendo lo que había sucedido, mi familia estaba tratando de procesar el puto caos que dejó aquella cacería contra nosotros. Pero yo no me moví, me quedé allí sentando en el sillón más alejado, contemplando la nada asfixiándome en mi propio pulso mientras mis pensamientos me estaban carcomiendo lentamente

Mis manos seguían cubiertas de sangre, intenté recordar lo que había fallado, intenté convencerme a mi mismo que ella estaba bien, pero mis propios pensamientos me contradecían, es mi culpa y ella no está a salvo, no mientras un Cavall la tenga en sus manos como escudo.

<<Resiste Cora....>>

Tiene que resistir, tiene que hacerlo mucho mejor de lo que yo la he protegido. Cerré los ojos al sentir la mano de mi madre sobre mi hombro y un vacío en el pecho me hizo estremecer

—Han llegado tus tíos, Nicholas.

—Demasiado tarde.— desvíe la mirada en cuanto ella se puso a mi altura y tomó mis manos acariciando con cariño

—No te des por vencido— me ordena— Se necesita más que esto para vencer a un Massaro. No dejaremos que le hagan daño.

—Necesitamos toda la información que tengas para poder saber por dónde atacar— Mi padre se une a la conversación— ¿Que es el código?

Eche la mano al bolsillo, sacando el pequeño mapa donde está la base militar. Se lo mostré a todos sin esperar a medir su aturdimiento

—Está es la única manera de llegar a donde está la puerta que oculta la Zx2. Eso es lo que busca los Cavall.

Se lo entregue y me levante dispuesto a irme. Pero mi madre se recompuso y se interpuso en mi camino deteniéndome con la mirada severa

—¿Que tiene que ver la Zx2 con lo que acaba de ocurrir?. Nicholas esa no es una explicación.— Espeto— Primero finges que nos traicionas, luego pones a tu padre a mentirnos, te llevas el puto código, Alex nos pide ir a rescatar a Maroly, que por cierto no teníamos ni la jodida idea de que estaba secuestrada y solo nos das un maldito papel. ¡Dime que sucede de una maldita vez antes de que pierda la poca cordura!

No despegue mi mirada de la suya, apreté mis dientes y me obligué a tomar mucho aire antes de responder. El tiempo corría en nuestra contra y tenía que ir por ella lo antes posible, no tengo tiempo para contar todo el jodido plan, así que solo baje la cabeza y con un nudo en mi garganta le dije:

—Se han llevando a Cora y no pude impedirlo— Espete volviendo a asombrar a mis padres— Ni si quiera puedo imaginar todo lo que le harán.

Ambos se tensaron, mi madre tomó aire como muestra de su indignación y rabia antes mis propios actos. Tenía razón, yo mismo me acusaba cada segundo de que esto es mi culpa.

—Mírame a la cara cuando me hables— ordena mi padre— No hicimos todo esta mierda para que al minuto te des por vencido. Hemos peleado con peores y siempre salimos librados, está no será la jodida excepción, así que levanta la puta cabeza y no me defraudes. Que no se te olvide que después de tu nombre va mi apellido y un Massaro jamás se rinde.

—No me gustaría tener que presionarte, así que quiero detalles de todo.

Respire hondo.

—Les explicaré todo.

**

El silencio nos invadió de la forma más escalofriante que mi familia hubiese experimentado jamás y perdí la cuenta del tiempo que tuve la mirada de mi madre sobre mi. El reproche que halle en sus ojos me aniquiló por completo.

PLACER Where stories live. Discover now