Capítulo 37

658 51 11
                                    

•Inquebrantable•

Lizbeth nos observa con superioridad mientras Carlo sigue sujetando a Maroly, mi madre está a punto de perder el control y mi padre no hace más que mirarlos a todos con maldad, mi ceño se hunde mientras mi cabeza idea algo para salir de esta encrucijada y....

—¡Que la ira de mi venganza caiga sobre ustedes!— Su voz me hace levantar la cabeza mientras mi corazón empieza a latir errático

Una bomba de humo aparece frente a nosotros y mientras nos miramos unos a otros, un estallido nos hace reaccionar. Me abalancé en contra de ellos sin importarme nada y toda mi familia junto con nuestros hombres hacen los mismo, desatando el caos

Los gritos de Maroly me hacen tensar y aunque mi mente desea ir en busca de ella, no dudo ni un segundo en ir por la pequeña mientras el humo se dispare por todos lados

No sé cómo logro ver pero me encuentro con el maldito de Carlo quien tiene a la pequeña en sus brazos, Alex es el primero que aparece y su esposa llega tras él, ella toma con sus manos a la pequeña mientras Alex golpea sin cesar al pobre imbecil

Alguien me ataca por la espalda, golpea mi pecho haciéndome retroceder, me defiendo con la poca visión que tengo y logro cortar el cuello de los que me atacan con sus propias navajas. Me deshago de otros dos. disparando con agilidad y sigo peleando haciendo que de nuevo, la adrenalina se cole por mi sistema

La nube negra se dispersa por la brisa que los árboles provoca a nuestros alrededor dejándonos mejor visión de lo que sucede. Hombres yacen muertos en la tierra mientras Alex sigue golpeando a Carlo y Zoé ni Maroly están, tampoco veo Sophia.

Mi madre pelea contra los guardas de Lizhet con mi padre a su lado tratando de llegar a la perra que se escabulle como la víbora que es. Sin embargo, y a pesar de las ganas que tengo de matarla y torcerle el cuello, mi corazón está gritando el nombre de aquella gata con  desesperación

Apartó al hombre que lucha con ella de un solo puñetazo y su mirada fascinante se encuentra con la mía. No suelta el arma mientras sus manos están manchadas de sangre y una venda cubre su abdomen desnudó

Ella intenta decir algo pero me apresuro a tomarla del rostro, sujeto la cara de mi mujer con firmeza y el sentimiento de alivio me inunda por un segundo al tenerla tan cerca

—Escúchame— susurró con la voz cansada— Te explicaré todo cuando salgamos de aquí. No te alejes de mi, solo sigue a mi lado.

No espero su respuesta, tomó su mano y empiezo a avanzar tratando de hallar alguna salida rápida de aquí. Observó cómo todos los del imperio de Lizbeth van cayendo, uno a uno en manos de uno de nosotros mientras la muy perra no ha dejado de escabullirse logrando escapar de la ira de los Massaro

—¡Vámonos!— Ordenó y todos asienten. Alex deja el cuerpo de Carlo en el piso, quien quedó como un vagabundo manchado de sangre por todos lados, seguramente ya está en el infierno.

Me alejo de los disparos y detonaciones que se oyen a pocos metros de nosotros mientras que seguimos acabando con todos los que se cruza en nuestro camino quienes podría impedir nuestro escape. Apresuró mis pasos en cuanto la noche empieza a caer dejándonos poca luz para seguir avanzando

—¡Donde está mi mujer y mi hija!— pregunta con preocupación Alex mientras sigue avanzando dando zancadas

—¡Fueron directo a los helicópteros teníamos que poner a salvo a la pequeña!— informa mi madre

Seguimos avanzando y cada vez la visión se pone peor. Soy rasguñado por la maleza, los árboles hacen del lugar aterrador y el silencio es casi sepulcral y asfixiante. Mi mente se concentra en alguna salida que pueda salvar a todos, pero por más que pienso no se que diablos hacer

PLACER Where stories live. Discover now