Capitulo 60

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                              •Rescaté•

Nicholas.

Sonríe con malicia en el rostro y sentí la satisfacción de poder acabar con esto de una puta vez. Odiaba tener que dejar a Juan encargado de Cora, pero las traiciones se pagan y ese maldito derramara sangre por meterse con una Massaro, peor aún, con mi esposa.

Subí rápidamente las escaleras, mis hombres iban tras de mí y confiaba en los francotiradores quienes me informaban de los movimientos de Marco. Acelere los pasos al mismo tiempo que cargue mi arma verificando que tenía suficientes para acabar con sus hombres, que por lo menos, eran unos veinte.

Llegamos a la segunda planta, respire hondo y empuñe mi arma con firmeza. Me repetí mil veces en la mente que ella estaba bien. Que estaba a salvo y posiblemente muy lejos.

—Reporte de la situación.

Entro mi madre al sistema afirmando que venían en camino. No entienda el porqué pero tratar de negarle algo a la loca de la reina roja, simplemente, es desatar una guerra.

—Cora está a salvo. Voy por Marco.

Les hago una indicación con mi mano a mis hombres para que me cubran y en completo silencio entramos a la última planta donde él maldito de Marco se esconde para sacar su dinero o posiblemente esté esperando al otro imbecil de Remi.

La oscuridad hace mi visión borrosa pero logró entrecerrar mis ojos para verificar que podemos seguir avanzando.

—¡Ni un paso más, Massaro!

Levante la mirada y lo vi allí, en frente de dos enormes ventanales, con el arma empuñada y sus hombres a su lado. Sonreí sin poder evitarlo, baje mi arma disfrutando de mi juego y lo mire directamente a los ojos haciendo que temblara de pánico sin poder disimularlo

Parece una niña apunto de cagarse en su vestido. Es patético y tan divertido. Mis hombres se ponen tras de mi dando la indicación que soy el rey. Con Cora a salvo es estupendo jugar.

—Puedo oler tu miedo, Marco.— susurre pero se que escuchó perfectamente.

Él se echó a reír con sonora tratando de con parecer fuerte. Cosa que por supuesto, no logro.

—Tengo a Cora y tú hijo, ¿quien debería tener miedo?.

—No me digas.— el tono cínico no paso desapercibido. Aun apuntándome tomo su móvil y lo llevo a su oreja de inmediata

Espere, disfrute de su miedo, de su desespero, incluso disfrute de ver cómo la desesperación lo llevaba a perder el control cada vez más. Di un paso al frente y sus hombre me apuntaron haciendo que los míos imitaran su acción.

—Mierda...

Y no lo dijo para mi. Estaba mirando por encima de mi hombro y sin poder entender, tuve que girarme sutilmente. Unos tacones remolonearon en el mármol haciendo que este sonara, escuché exclamaciones e incluso las maldiciones de Marco

—Espero que no estés llamándolo, siento infórmate que ya no está disponible.

La muy gata sonrío con malicia y tiro un costal manchado de sangre. Observe aquel objeto y vi como se asomó lo que parecía una cabeza, cosa que descompuso a más de uno, pero yo estaba demasiado molesto como para importarme que la cabeza de Remi está en un puto costal

No me miro en ningún momento, tenía sus magníficos ojos puestos en Marco y en cada reacción de su rostro al saber que Remi murió. Intente dar un paso a ella, pero Marco pareció aprovechar mi distracción y llegó hasta a mi de una sola zancada

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