Capitulo 63 EXTRA

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•Una eternidad juntos•

Nicholas.

La probabilidad de enamorarme era inexistente, al menos lo era hasta que una magnífica chica, con un par de ojos extraordinarios mientras movía sus caderas endulzándome, llegó. La mujer de mi vida resultó ser una mujer brillante y única en todo el mundo. Y no mentiré al decir que todo empiezo como un juego, entre el orgullo y la pasión, pero me equivoqué al pensar que ella era como las demás.

Cora ha sido la única que ha logrado ser un dolor en el culo y ser mi ángel Salvador. Me atrapo desde el minuto en que se negó a mi, en que me reto y en que su cuerpo se movió dejándome deseoso por saber más de ella. De depositar cada vez más mi confianza en ella, se coló en mi mente, en mis alma oscura, de manera lenta y profunda. Que hasta los huesos me temblaron al reconocer todos los sentimientos que ella despierta, sentimientos que hasta esa noche creí muertos.

Una mujer complicada, con curvas preciosas y ojos exquisitos, me embrujo. Lo que comenzó como un trato, se conviertio en mi más grande anhelo, la adoro como no tiene idea, tanto que me cuesta decirlo en palabras. Ahora soy cautivo de sus garras. Soy un niño indefenso cuando estoy en sus brazos, su dulzura y tenacidad me embriagan dejándome rendido a sus pies. Soy de ella más que de mi mismo.

Han pasado años desde que nos casamos, y no puedo ser más afortunado de tenerla. Mi reina, mi mujer y mi bailarina estrella. Pues ahora se convirtió en una bailarina profesional y es tan talentosa que me siento orgulloso de ser su esposo y compañero. Esa mujer con la que despierto cada mañana y que tengo la fortuna de clavar mi alma cada noche, ella es mi vida entera.

La distancia y todas aquellas dificultades que tuvimos que pasar, son solo pruebas que nos hicieron más fuerte. Este no es un amor cualquiera, no es un amor que se desgasta, o se marchita con el tiempo, es un amor real. Que cada día se transforma en algo diferente. No somos perfectos y no quiero que lo seamos, hemos tenido problemas, dificultades y peleas, pero siempre encontramos la manera de afrontar nuestros propios errores.

Antoni fue la luz en medio de toda la oscuridad. Tiene los ojos de su madre, y el cabello de su padre, aunque para mi, es tan único como inigualable. Cada día que lo veo crecer, el pecho me duele, me duele de felicidad al saber que él es mío y que algún día será mi mejor amigo. Un demonio encarnado, suelo pensar que es el vivo retrato de Leonard cuando era pequeño, igual de cruel y burlón.

Aunque todavía no hemos decidido que hacer con la propuesta de mi padre, el tiempo con mi familia ha sido una de las mejores decisiones que hemos tomado.

—¿Crees poder ser normal algún día?— susurró Cora sacándome de mis pensamientos. Me giro a ella y me alejo del balcón para tomarla en mis brazos— Las palabras de tu padre me tocaron el corazón. Mira que ellos han luchado por ser el número uno, no me gustaría decepcionarlos.

Coloca sus manos en mis hombros masajeándolos un poco mientras yo me aferro a su cintura.

—Lo se. Pero es nuestra decisión y tenemos que pensar en el bien de Anto.— mis músculos se relajaron— Se que el legado no debe morir, pero somos cinco, es imposible.

—Te necesitan. Lo sabes, amor.— suspira— Aunque se que esa vida solo trae desgracias.

—No tantas– me rio— Pero nuestro hijo no tiene porque seguir mis pasos, te prometí libertad y la tienes. Sé que falta mucho para que nosotros ya no podamos luchar, tal vez ya halla otra generación más poderosa que no tenga necesidad de poner a nuestro hijo en riegos.

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