Capítulo 13

832 57 3
                                    

•Noches después del polvo•

Me remuevo un poco sobre mi silla observando la comida en la mesa, mis dedos juegan con el borde de mi vestido rosa con un poco de cansancio y mis pies se merecen al no tocar el piso. Levantó mi mirada en busca de alguien que haya llegado pero, de nuevo, estoy sola a la mitad de la noche.

Un sonido me hace sonreír aliviada imaginando que será alguien en especial que ha venido por mi. El hombre entra en mi campo de visión pero, en seguida, un aroma asqueroso me hace borrar la sonrisa

Intenta caminar a pasos firmes en cuanto su mirada se encuentra con la mía, en ese segundo, se tambalea haciendo que se tome de las paredes para no caer. Me levantarme para intentar ayudarlo, pero en cuanto sus ojos bajaron a mi cuerpo, una extraña sensación me hizo dudar y retroceder de miedo. En sus ojos había algo que me hacía querer salir corriendo

—¿Que haces aquí a la mitad de la noche?—Cada palabra que salía de su boca parecía demasiada pesada e incluso atropellada. Se acercó y me rodeó hasta quedar tras de mi haciendo que el horror se apoderara de mi ya sentidos

Quedo helada en mi lugar sintiendo su cercanía , mi cuerpo tembló y el miedo empezó a gobernar cada parte de mi ser haciendo de las suyos para doblegarme. Sentí sus manos en mis brazos y luego en mis hombros apretándolos con fuerza dejándome literalmente, inmóvil sin saber que hacer.

—Sabes, Cora. Nuestro dolor es compartido— Susurró con la voz más gruesa y su asqueroso aliento choco con mi parte trasera del oído— También perdí a mi hermano.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, el recuerdo de haber perdido a un ser amado, no había dejado de doler ni un solo segundo del día. En el fondo sabía que aquella pérdida, estaría conmigo para siempre.

—Tranquila mi dulce Cora, yo voy a cuidarte siempre— Intente aferrarme a la idea de que jamás estaría sola, pero, las lágrimas no cesaban pues el dolor seguía allí

Me giró con sutileza dejando frente a él, intente alejarme pero su agarre en mis hombros era mucho más fuerte y el miedo regresó arrasando con todo. No sé en qué momento me empezó a arrastrar hacia la habitación que compartía con mamá y nos encerró a ambos en ella

Llore con desesperación y mis piernas estaban temblando completamente horrorizadas. Se acercó y me tomo de los brazos tumbándome en la cama, empecé a gritar y a forcejear con él pero sus manos tocaban mi cuerpo mientras el olor a alcohol me inunda los sentidos

—Tío.... Que estás haciendo— pregunté una y otra vez gritando y forcejeando con sus manos. Me sentía como aquella presa que está a punto de ser cazada por el depredador más horrible del mundo.

—Déjame consentirte mi dulce Cora— su voz sonaba seca y carrasposa, lo mire a los ojos con la vista borrosa pero el miedo aumentó al ver la perversidad en ellos

Intente levantarme y escapar, sin embargo, el me sujeto con fuerza de ambas piernas impidiéndomelo, las que cerré por instinto de inmediato mientras su mirada era mucho más oscura y menos agradable que hace un rato. Me empujó con una mano haciéndome caer de nuevo en la cama, se subió sobre mi dejando caer todo su peso en mi pequeño cuerpo y me tapo la boca con su fuerte mano. Empezó a tocar todo a su paso con rudeza mientras yo no dejaba de forcejear e intentar luchar con mis pocas fuerzas

Estaba aterrada, el pecho me arde y mi cuerpo no deja de temblar completamente horrorizado. Me ahogué en mi propio llanto, soltaba gritos desesperados y le pedí una y mil veces que me soltara, sin embargo, nada era suficiente. Sus dedos entraron por debajo de lo vestido y se abrió paso por mi intimidad con brusquedad, sentí que iba a morir y seguí luchando hasta que mis fuerzas no aguantaron. Sentía sus dedos moverse dentro de mi, tan brusco que todo me dolía y me quemaba la piel

PLACER Where stories live. Discover now