An "M" between heroes

Chapitre dix-sept

La semana siguiente Dick nos llevó a los tres con el Doctor Fate, quien seguía diciendo cosas como "Un destino hermoso los aguarda" y "Deberías verificar tus poderes estos días".

—Doctor Fate... díganos, ¿Cree poder enviarnos de vuelta a casa?—Pregunté y él pareció negar con la cabeza —No estoy seguro, jovencita... los señores de la luz no están dispuestos a decirme la respuesta aún—Dijo Fate, moviendo libros a su alrededor una y otra vez.

—¿Tus poderes no ayudarán?—Preguntó Fate de repente y yo negué con la cabeza —Sólo lo intentaría si usted pudiera asegurarme que no moriré, y dudo que pueda hacerlo—Dije y Fate me miró —Te aseguro que, de ser así, no te lo pediría—Dijo Fate.

Los libros flotando a su alrededor estaban en un idioma que no reconocía, pero después de unos segundos en silencio, Fate volvió a hablarme —Tú destino es muy grande, pequeña... y no permitiría que una pequeña niña sacrificara su vida por algo tan grande como salvar vidas inocentes—Dijo.

Yo alcé una ceja, incapaz de comprender de qué hablaba el Doctor Fate, pero al no lograr entender ni pío de lo que decía, elegí tratar de abrir un portal de vuelta a casa...

Traté de concentrarme, pues por alguna extraña razón, sentía una gran confianza en las palabras de Fate, algo en él me decía que podía confiar en sus palabras.

Cerré los ojos, respiré, y traté de concentrar todo mi ser en abrir un portal de vuelta a casa, pero...

—No funciona...—Dije, abriendo los ojos sorprendida.

—¿Qué quieres decir?—Preguntó Dick, sorprendido —No puedo abrir un portal...—Dije y me giré a ver a Doctor Fate.

—Usted lo sabía ¿No es así?—Pregunté mientras Fate seguía leyendo varios libros a la vez.

—En efecto... tu poder era de un sólo uso, y ciertamente debiste morir en el momento en que lo usaste... sin embargo, los Señores de la Luz decidieron salvarte y traerte aquí, creen que puedes ser una respuesta a lo que se avecina—Dijo el Doctor Fate.

Mis cejas se juntaron mientras hacía una mueca de sospecha —¿Respuesta?—Dije y el Doctor Fate miró al grupo entero —Vienen de otro mundo, no saben si deberían confiar en ustedes, y ustedes tampoco creen poder confiar en ellos, pero creo que has escuchado lo que te dije antes, ¿No es así?—Me dijo y se quitó el casco, revelando a un hombre bastante viejo, pero parecía... triste.

—Tú, al igual que muchos de los héroes conocidos, han sido víctimas de la injusticia humana, y es por esa razón que luchas contra ella—Comentó.

Yo abrí los ojos con sorpresa.

—Escuché tu historia de parte de Kurt desde que Batman solicitó nuestra ayuda para recuperar tu memoria... sé que tu nombre no es algo que hayas escogido, ni mucho menos algo que quieras mencionar, pero creo que deberías hacer caso a las palabras del Fénix y vivir con él, aprender que no es una marca, sino una muestra de que eres sobreviviente—Explicó Fate.

Yo entrecerré los ojos y desvié la mirada, recordando que mi vida no ha sido más que tragedias, muerte y tristeza... una cosa que pesaría siempre sobre mis hombros era mi nombre y su historia: el cómo llegó a mí y lo que ha sido para mí tenerlo.

—Andrómeda... tú madre te llamaba así, a diferencia de tu padre, no porque fuera algo fácil, sino para enseñarte a vivir con ello, a aceptarlo y a redimirte...—Dijo el Doctor Fate, acercándose a mí.

Tomó mi mano y la envolvió entre las suyas... como lo que hacía el profesor para explicarme cosas difíciles para los mutantes o cuando alguno de los nuestros caía a manos de quien fuera.