Chapitre sept

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—¿De verdad quieres hacerlo?—

—Sólo así tendremos una única oportunidad, no podemos desperdiciarla—

—Oh, te resfriaste de nuevo, no te preocupes, no es molestia cuidar de ti, soy tu padre después de todo—

—Es normal que te enfermes en esta época, recuerda que tu salud no es la mejor—

—Ororo, lamento tener que pedirte esto, pero por favor ¿Podrías ayudar a mi hija?—

—Es mejor que permanezcas en climas cálidos, Andy... no quiero que te pase nada—

Abrí los ojos de golpe, llorando de nuevo.

Solté un leve gemido de molestia ante lo borroso de mi sueño y la prácticamente inexistente memoria que traía consigo.

No me decía nada de dónde vengo, sólo me decía cosas que no tenían sentido alguno y que no me ayudaban a prácticamente nada, así que, de nuevo, sin respuesta alguna sobre mis orígenes.

Me levanté perezosamente, para dirigirme al taller que tenía en la parte trasera de la boutique y empezar a trabajar en el vestido que Kitty Pryde había encargado.

Era un diseño bastante... familiar, por decirlo de alguna manera.

Los colores predominantes eran amarillo y negro, en un diseño ceñido al cuerpo para darle figura, y cuya falda pudiera quitarse para convertirse en un estilizado y elegante pantalón.

La falda debía estar pegada al cuerpo hasta la altura de medio muslo, a partir de ahí debía ser más ancha y debía tener brillo al final de la falda.

Los pantalones debían ser ajustados, para que ella pudiera usar sus botas altas amarillas, que moría por estrenar finalmente, después de dos meses desde que las obtuvo.

Cuando finalicé la primera parte, que era el top, se sintió como si hubiera visto aquel vestido antes, aunque no con la falda, sino con el pantalón, o más bien, como si el vestido la hubiera visto antes a ella.

Ignoré la sensación, antes de que alguien interrumpiera mis pensamientos.

—Eso se ve muy bien, en mi opinión—Dijo Dick Grayson, apareciendo de la nada a mi espalda, consiguiendo así que un pequeño respingo se escapara de mis labios por la sorpresa.

Miré a Dick con el ceño fruncido por la molestia, y él simplemente se rió de mi reacción "muy inocente".

—Te traje esto—Dijo, tendiendome una pequeña bolsa de papel —Son vitaminas... ya tengo los resultados de los análisis que te hicieron hace unos días, dicen que tu sistema inmunológico está bastante debilitado, que lo mejor sería que te estreses menos y que comas más, además de que recomiendan que compres vitaminas para evitar cualquier tipo de percance—Dijo sonriendo.

Yo suspiré y tomé la bolsa de medicinas —Gracias... no debiste molestarte—Le dije, un tanto resentida por el susto, pero agradecida porque se tomó las molestias de comprar mi medicina en el camino hacia acá.

Guardé la bolsa de medicinas en mi bolsa antes de que ambos nos sentáramos a trabajar en el vestido, Dick sólo se encargaba de pasarme los materiales que le pedía, yo hacía el resto.

Terminamos los pantalones de Kitty, que eran bastante sencillos, antes de que fuera la hora del almuerzo y ambos nos fuéramos a comer algo.

Los lunes eran los únicos días en los que me permitía no abrir la tienda, sin embargo, no dejaba de trabajar, pues era cuando llenaba los espacios vacíos de los anaqueles con nuevas y mejoradas prendas.

Cerramos la puerta del local y salimos a un restaurante bastante bueno cerca de la zona industrial de la ciudad.

—Después de varios días yendo al hospital para hacerme análisis, me alegro de finalmente probar comida fuera de la insípida comida de hospital—Dije antes de beber una buena taza de café capuccino moka con azúcar.

El desayuno entre nosotros fue bastante animado, algo a lo que no estaba acostumbrada en lo absoluto, debido a que estaba sola la mayor parte del tiempo, y sólo pensaba en el trabajo.

Cuando llegué a estar acompañada de alguien, era de Damian y Jon, pero eran pocas las ocasiones en las que nos reuníamos a comer, era más común que ellos llegaran a mi departamento a dormir después de una larga noche de patrullaje.

Sonreí al pensar en ello, sin dudas debían haber ocasiones así más seguido en mi vida.

Comimos y charlamos, antes de pagar la comida y regresar al taller para continuar con el pedido de Kitty Pryde.

Su nombre me era bastante familiar, aunque no sabría decir el por qué, debía admitir que me daba curiosidad, pero no estaba segura de querer saberlo.

Suspiré después de otras dos horas trabajando en la falda, notando que era un poco más complicado de lo que parecía, empecé a coser y fruncir la tela donde debía, tomé los materiales para decorar y usé los alfileres para sostenerlos y acomodarlos para que quedasen bien.

Terminé el vestido poco antes de las diez de la noche, y cuando suspiré de nuevo, llena de alivio y cansancio, supimos que era hora de volver a casa.

Dick me ayudó, de nuevo, a cargar varias cosas y acomodarlas donde yo no alcanzaba.

Debía admitir que a veces era molesto que fuera treinta centímetros más alto que yo, pero eran las consecuencias de mis genes.

Sonreí antes de cerrar el taller y el local, para luego subirme a la motocicleta de Dick e irnos en dirección a mi apartamento.

—¿Por qué no te quedas a comer hoy? Tómalo como un pago por las medicinas—Dije y él no respondió de inmediato, aunque tampoco podía ver su rostro, pero estaba casi segura de que estaba sonriendo.

—Claro ¿Por qué no?—Dijo Dick y yo sonreí de lado, mientras seguíamos avanzando por la iluminada avenida principal, en dirección a mi casa.

Estacionamos la motocicleta, entramos a mi departamento y yo hice una comida que adoraba... tal vez era algo igualmente relacionado con mi pasado.

—Wow, se ve delicioso, y huele aún mejor ¿Qué es?—Preguntó Dick, colocando vasos y platos en la mesa —Se llama Nshima, o también lo llaman Mealie-pap, es un plato africano—Dije sonriendo —¿Africano? ¿Has estado en África alguna vez?—Preguntó Dick.

Me alcé de hombros ante la pregunta —No lo sé...—Respondí con total sinceridad.

Cuando la comida estuvo lista, la serví junto al Injera —Buen provecho—Dije y Dick sirvió un poco del jugo de mango que compramos de camino aquí.

—¡Es delicioso!—Dijo Dick, y yo sonreí ante el halago.

An "M" between heroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora