Chapitre deux

100 6 0
                                        

Mi nombre es Andrómeda Asenath, una diseñadora y sastre común, con una pequeña boutique de diseños propios en la gran ciudad de Metrópolis, donde vivo desde hace ya casi dos años.

Superman me encontró un frío día de invierno mientras patrullaba, y me llevó con quien ha sido mi mayor apoyo económico y emocional desde que llegué: Batman, o mejor dicho, Bruce Wayne.

No recordaba nada de mi pasado, sólo mi nombre: Andrómeda Asenath.

Gracias a Bruce descubrí que soy una metahumana, aunque no era invulnerable, no tenía superfuerza, velocidad, poderes telepáticos o algo parecido, no sabía cuál era mi habilidad metahumana, pero a pesar de ello, me recibieron bastante bien.

Bruce no confía en nadie, eso lo supe desde el momento en que lo conocí, pero al realmente estar en blanco, ha tratado de ayudarme a recuperar mi pasado con ayuda de Martian Manhunter.

No ha funcionado, por supuesto, pero no es tan malo, al menos no para mí.

La única pista sobre mi pasado que hemos tenido desde mi llegada ha sido que me gustan las Crónicas de Narnia, de C.S. Lewis... debo admitir que es una historia hermosa, al menos a mí parecer.

Estaba en mi departamento, cortesía de Bruce, bocetando de nuevo un par de vestimentas para mi boutique, esperando a que Damian saliera de la escuela, o como el joven Wayne la llamaba: "La prisión supervisada y subestimada para adolescentes estúpidos y débiles", es decir, la Preparatoria.

Damian había prometido llevarme a Smallville junto a Jonathan para que pasaran un día "común", y para eso me necesitaban a mí para que Damian no matara a nadie, y que Jon no fuera a quemar nada... tener a dos adolescentes metahumanos a mi cuidado era tan genial como darle un beso al Espantapájaros.

Llegamos a Smallville en mi camioneta, también cortesía de Bruce, y con Damian muy bien asegurado en los asientos traseros, lo más lejos posible del volante.

Cuando llegamos a la granja Kent, Jon ya estaba más que listo para salir, y realmente no nos detuvimos mucho para saludar a Lois debido a la emoción de Jon por salir de la granja para hacer un recorrido por Metrópolis siendo Jonathan Kent y no Superboy.

Estuvimos platicando un par de horas durante el camino antes de estacionarme en un centro comercial bastante concurrido en Metrópolis, donde iba siempre para comprarme algún accesorio o por materiales para hacer alguna manualidad.

No pudo ser un momento más tranquilo... hasta que a mi mente se le ocurrió la gran idea de empezar a desbloquear mis recuerdos perdidos desde hace dos años.

Lo primero que vino a mi mente fue dolor y tristeza, no dejaba de escuchar gritos de sufrimiento de parte de niños y adultos de todo tipo, el olor a sangre en el ambiente y mi llanto constante eran todo lo que podía sentir...

Genosha... mi hogar, mi tierra natal no era más que un mar de lágrimas y de sangre de... ¿de quiénes? ¿A quiénes estaban torturando hasta la muerte?

Si sólo mis recuerdos fueran más claros, tal vez eso ayudaría mucho a Bruce a buscar mi hogar o a mi familia, cualquiera de las opciones me parecen buenas opciones.

Jon me miraba preocupado porque me detuve de golpe, y yo lo miré indicándole que estaba bien —Sólo fue un dolor de cabeza repentino, no te preocupes, Jon—Dije sonriendo nerviosa.

Miré a Damian de reojo, y entendió la indirecta —Mejor démonos prisa, hay demasiados idiotas con hormonas alborotadas aquí—Dijo Damian, sacando una carcajada de mi boca —Sólo son parejas, Damian ¿Cómo crees que tu padre y tu madre-?—Dije, pero Damian me cubrió la boca enseguida —Ni lo menciones—Dijo de inmediato.

Jon y yo nos reímos, antes de ir de tienda en tienda, jugando algunos juegos por ahí, comprando golosinas y otras cosas que no necesitábamos, pero que nos gustaban, y una vez listos para salir a dar un paseo nocturno por la ciudad, antes de volver a casa a las diez en punto a menos que quisiéramos que Lois matara a Jon y Batman a Damian por llegar pasado el toque de queda para dormir, nos dirigimos a un restaurante de comida africana que visitábamos con frecuencia por lo deliciosa que era la comida ahí.

Regresamos a Smallville después de una deliciosa cena, Jon se despidió animosamente de nosotros, cargando con sus bolsas de comics, figuras de acción, útiles escolares y ropa (Que no es poca cosa), en la entrada, mientras Lois nos sonreía desde la cocina.

Damian y yo nos dirigimos a la mansión, antes de que empezara su interrogatorio, igual que su padre... se notaba que era el hijo del mejor detective del mundo.

—¿Qué pasó en el centro comercial?—Dijo, y yo solté un suspiro —No sabría decirlo, Damian, parecía un recuerdo de mi infancia pero... no fue algo agradable—Dije desviando un poco la mirada mientras conducía hacia Ciudad Gótica.

Podía sentir la mirada de molestia de Damian incluso sin tener que verlo por el retrovisor.

—¿De tu infancia? ¿Después de dos años?—Dijo Damian bastante escéptico, pero yo sólo pude atinar a asentir con la cabeza mientras miraba fijamente el camino —Fue repentino... demasiado... al menos pudo ser un recuerdo más alegre para que valiera la pena ¿No crees?—Dije.

—No lo sé, es tú recuerdo—Dijo Damian y yo suspiré —Debo hablar con tu padre—Dije finalmente.

Llegamos a la mansión Wayne en un silencio realmente incómodo, y fue aún peor cuando Bruce me vio entrar junto a Damian a la Baticueva —¿Qué pasa?—Preguntó Bruce enseguida.

Suspiré y le expliqué parte por parte el único recuerdo que llegó a mí durante nuestra salida pacífica, y le expliqué también que parecía ser un recuerdo de cuando era más pequeña.

Le conté sobre los gritos, las torturas que parecía sufrir la gente, el olor constante a sangre que sentía... y eso era todo.

Bruce no dijo nada durante lo que me pareció una eternidad, hasta que lo escuché soltar un suspiro antes de mirarme —Tal vez seas una esclava que escapó y por eso bloqueaste tus recuerdos por voluntad, o vivías en un país en guerra y fue tan traumático para ti que bloqueaste tu memoria al respecto antes de llegar... hay varias posibilidades sobre tu pasado, aunque ninguna es agradable—Dijo Bruce mirándome como si se compadeciera de mi situación.

Yo sólo atiné a suspirar, un tanto cansada y decepcionada por lo poco o nada que logré recordar.

Me despedí de todos en la mansión con una sonrisa un tanto apenada, pero siempre guardaba esperanzas de recordar mi pasado.

An "M" between heroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora