—Papá... a partir de ahora, mi nombre código será "Hécate", por la diosa de los caminos y la magia... quiero poder ayudar a los nuestros... ¿Recuerdas el libro que me dió el Profesor? Leí el mito de Hécate ahí... creo que me queda bien—Dije de la nada, saliendo de una reunión escolar con mi padre.
Papá no me dijo nada respecto a mis palabras, se limitó a abrazarme por los hombros y caminar hacia el auto para irnos a casa.
Nos sentamos en el comedor de la casa, después de que hubiéramos pasado por una boutique donde había un vestido rosa precioso que no me animé a probar.
Suspiré y hablé con mi padre respecto a mi poder —Papá, sé que abrir un portal dimensional me mataría, pero por cómo están las cosas ahora, estoy dispuesta a perder mi vida con tal de que ustedes, mi familia, estén bien...—Dije.
Tenía dieciséis años, con un nuevo poder recién descubierto, pero estaba segura de que, si al menos podía salvar a unos pocos mutantes, sólo eso sería suficiente.
Mi decisión fue tomada después de ver a uno de los esclavistas de Genosha en la televisión, soltando blasfemias y basura contra la especie mutante, diciendo que el homo-superior era una aberración de la naturaleza, algo que no debía existir.
Kurt lo sabía, mi padre lo sabía, Emma también lo sabía, todos nosotros lo sabíamos: con ése comentario, la ola de ira humana y el odio hacia la raza mutante no tardaría en aparecer y volverse un tsunami que nos azotaría más temprano que tarde.
Mi padre estuvo en silencio un momento antes de decir algo que me desanimó al instante —No, Andrómeda—.
Miré a mi padre, triste, decepcionada porque no aceptaba el sacrificio que quería hacer por los mutantes —Si los humanos quieren hacer algo en nuestra contra, tendrán que enfrentarnos a todos primero, no es necesario que tú hagas nada—Dijo papá, dando por finalizado el tema.
Al día siguiente volví a tratar de convencerlo, pero nuevamente rechazó la idea de que me sacrificara.
Mis intentos no se detuvieron durante dos meses completos, hasta que la ley para el registro de héroes nació, empezó una guerra civil entre el Capitán América y Iron Man, y fue cuando a mi padre no le quedó más opción que aceptar mi propuesta.
El resto es historia: la guerra civil entre el Capitán América y Iron Man, la elección de Kurt y Kitty, quienes eran de los miembros más sensatos y aptos para viajar al mundo que encontré después de una ardua búsqueda mientras intentaba convencer a papá de dejarme hacer esto por los nuestros... de permitirle a otros tener la vida que yo no pude tener aquí...
Desperté en la Baticueva, con un dolor punzante en la cabeza, escuchando una discusión bastante fuerte entre Bruce y Kitty, que insistía en que él no debía creerse con derecho a desconfiar de nosotros —¡No tienes idea de lo que hemos tenido que vivir, Batman! ¡No tienes el derecho de decir que somos una amenaza!—Gritó Kitty.
Kurt intentaba calmarla para hablar civilizadamente, antes de que yo me quejara y me levantara de donde estaba acostada —Agh... dolor de cabeza—Dije, sujetando mi frente con una mano, apretando los ojos y tratando de levantarme.
Estuve a punto de caer, pero alguien me sujetó antes de que mis rodillas tocaran el suelo, causándome una sensación de Deja Vú, y al alzar la vista, noté a Nightwing cargándome.
Me sonrió y yo hice lo mismo, logrando ponerme en pie para mirar a Kitty y a Kurt...
Una sonrisa apareció en mis labios, y las lágrimas de alegría se acumularon en mis ojos azul marino antes de correr hacia ellos con alegría.
—Gracias al cielo, tío Kurt, Kitty... no tienen idea de cuánto me alegro de verlos—Dije, llorando de alivio al notar que estaba viva... después de abrir el portal, después de traerlos aquí, yo aún estaba viva.
ESTÁS LEYENDO
An "M" between heroes
FanfictionElla, una mutante que ha vivido la tragedia, el dolor y la pérdida en carne y hueso. Él, un héroe muy reconocido y apreciado, con múltiples y fallidos intereses amorosos. Cuando ella buscaba un refugio, llegó a aquel lugar desconocido e hizo de él s...
