An "M" between heroes

Chapitre cinq

A primera hora del día, las seis en punto de la madrugada, empecé a prepararme de nuevo para otro arduo día de trabajo, empezando con un buen baño caliente para remover la suciedad de mi cuerpo después del ajetreo del día anterior.

El shampoo de olor a frutas tropicales que usaba era mi favorito, aunque no recordaba bien la razón exacta, sabía que era algo que disfrutaba mucho desde hace mucho tiempo atrás...

Al salir de la regadera, me envolví en una toalla blanca y envolví mi cabello en otra toalla igualmente blanca y suave, y salí para preparar mi ropa del día, debía verme profesional, así que un traje con falda me vendrá de maravilla, junto a una camisa blanca y pulcra, bien planchada.

El traje que escogí era algo clásico: una falda de oficinista de color negro, una camisa bien planchada de color blanco y mangas largas, un saco negro ligero, medias oscuras y un par de tacones sencillos de color negro.

Cepillé mi cabello, lo ricé con la plancha para dar un poco de volumen y de forma, y me preparé el desayuno y el almuerzo, algo ligero para almorzar: pasta con mantequilla y ensalada de espinacas y jitomate con aceite de oliva y un poco de ajonjolí tostado.

Me maquillé antes de salir, habiendo olvidado por completo que Nightwing iba a pasar por mí hoy.

—¡Oye!—Escuché que me llamaron y me giré curiosa, viendo a un chico de cabello negro, ojos azules, vestido con una playera blanca, chaqueta negra, mezclilla y tenis, recargado sobre una motocicleta negra.

Lo miré con una ceja alzada, cuando él notó que yo no lo reconocía, se acercó y me tendió la mano a modo de saludo —No me presenté debidamente ayer, me llamo Dick Grayson, y bueno... ya sabes—Dijo y reaccioné al escuchar el "bueno... ya sabes".

Yo estreché su mano y sonreí —Andrómeda Asenath, es un placer—Dije y él me invitó a subirme en su motocicleta.

Me tendió un casco antes de ayudarme a subirme —Sujétate fuerte—Me dijo y abracé su cintura, y al sentir su abdomen, quedé asombrada ante la impresionante musculatura que tenía.

—Parece que ser el "Chico Maravilla" trae sus ventajas—Dije sin pensarlo y él se rió —Jaja, bueno... ser parte de los Titanes tampoco me dejaba muchas opciones—Respondió a mi imprudente comentario.

Mi cara ardió de la vergüenza, pero aunque este podría ser, de nuevo, un momento bastante común, la vida, el destino, o quien sea, me odiaba lo suficiente para recordarme que yo era muchas cosas, menos una persona normal.

—¡Scott, mira! ¡Es una niña pequeña!—.

—Me llamo Jean ---, eres muy linda, Andrómeda—.

—Papá... a partir de ahora, mi nombre código será "Hécate", por la diosa de los caminos y la magia... quiero poder ayudar a los nuestros—.

—Estoy dispuesta a perder mi vida con tal de que ustedes, mi familia, estén bien...—.

Parpadeé un par de veces antes de ver que ya estábamos llegando al local de la boutique, y yo aún estaba confundida por lo que acababa de ver... ¿Fue acaso alguna especie de visión o una ilusión? Tendría que ir con Bruce para averiguarlo.

Pero ahora no debía preocuparme por eso, sino que tenía que empezar a trabajar, así que me puse manos a la obra, me bajé de la motocicleta con cuidado, para abrir el local y empezar otro largo día, en una vida normal de una ciudadana normal... a pesar de que no era normal en lo absoluto.

Dick me ayudó con algunas tareas que me eran pesadas, al menos en cuanto se refería a fuerza física, y se encargó de acomodar algunos maniquíes en los escaparates para lucir algunas prendas recién hechas hace unas semanas.