An "M" between heroes

Chapitre vingt-deux

Un día después de la derrota de Darkseid, ante los recuerdos, las lágrimas empezaron a fluir y rodaron por mis ojos, mientras me preparaba para salir...

Dick escuchó mis sollozos y entró a mi habitación, poniendo su mano en mi espalda, para tratar de consolarme...

Yo me giré y lo abracé, incapaz de soportar la sensación de soledad y pesar que tenía en ése momento —Se fue, Dick... se fue...—Susurré, recordando las palabras que mi madre me pidió decirle a mi padre.

Dick me abrazó y acarició mi espalda, comprendiendo un poco mis sentimientos, pero no me dijo nada, sólo me abrazó...

Después de tranquilizarme, salimos de la casa rumbo a la casa de Constantine, para ir a visitar a Kurt, que estaba empezando a trabajar junto a Doctor Fate para encontrar el camino a casa.

Aún no habíamos hablado con Superman ni el resto de la Liga respecto a nuestra petición ni a los mutantes, habíamos decidido esperar a ver si podíamos encontrar el camino de regreso a casa para hablar al respecto y decidir cómo procederíamos...

Al llegar a la casa, aún montados en la motocicleta de Dick, él me ayudó a bajar, porque aún seguía con algunas secuelas por el uso de la Fuerza Fénix, y mis piernas cedían a mi peso al bajar...

Apenas llegamos, la puerta se abrió, mostrando a Zatanna, quien me veía con bastante alivio —Bienvenidos, pasen—Dijo ella, abriéndonos el paso.

Yo sonreí, entrando con ayuda de Dick, quien me dejó sentada en un sillón antes de dirigirse a una puerta de la casa con ayuda de Orquídea, para ir a buscar a Constantine o a Doctor Fate, y también para dejarme hablar a solas con Kurt... por petición mía.

Solté un suspiro de alivio al sentir el calor de la chimenea cerca de mi cuerpo helado, y Zatanna me ofreció un té caliente, mi favorito, de hecho...

—¿Cómo supiste que este era mi favorito?—Le pregunté, y ella sonrió, avergonzada por alguna razón —Con el hechizo que hice—Dijo, y yo la miré extrañada.

—Pero...—Sin embargo, antes de que pudiera seguir y preguntarle al respecto, ella alzó su mano para detenerme, y, avergonzada, agachó la mirada, empezando a explicarse por su cuenta —Entrelacé nuestras mentes, pero miré más allá de lo debido, así que conozco una parte de tu información personal...—Dijo.

Después se levantó y me miró, tomando mi mano entre las suyas —Realmente lo lamento mucho, no debí meterme pero... bueno, tengo preguntas que me gustaría que respondieras—Dijo ella, sentándose a mí lado.

Yo estaba un poco molesta, sin embargo, ya estaba hecho, y no valía la pena molestarme por ello... pudo haber hecho algo peor, así que, daba igual.

Asentí a su petición y ella suspiró antes de preguntarme —Tenías algún plan en tu mundo de orígen, quiero decir ¿Querías casarte, estudiar, alguna cosa de esas?—.

Yo me sorprendí, pues no éramos cercanas, ni nada semejante para que me pudiera preguntar algo así, pero ella ya conocía algunos de mis más íntimos recuerdos, y no sabía bien cuáles ni qué sabía al respecto... así que respondí, por mera obligación.

Suspiré y negué con la cabeza —Nunca pensé en eso para mí... sólo quería que mi familia y el resto de mutantes pudieran vivir en paz—Confesé, pensando entonces en lo que prometí...

Cerré los ojos y sonreí —Cuando estuve con la Fuerza Fénix y vi a mi madre, ella me pidió que le prometiera ser feliz... que hiciera una vida propia aquí antes de volver a casa—Dije, y miré mis manos, dejando la taza de té en la mesita al lado del sillón en el que estaba.