El meteorito venía directo hacia nosotros, y yo miré a Kurt con temor, aunque él no podía dejar de ver a aquella bola de fuego dirigiéndise hacia nosotros...
Darkseid pareció aterrado por un momento, mirando fijamente al fuego dirigiéndose a su mundo, y cómo algunos Paradooms, al intentar acercarse, pese a estar a más de un kilómetro de distancia, ardían hasta las cenizas.
La parálisis desapareció de mí cuando escuché a mi madre llamarme, claramente, desde el fuego.
—Andrómeda—Oí.
Me giré, hipnotizada, pues no recordaba bien por qué me encontraba en ése lugar, ni el por qué estaba en el suelo, y me levanté enseguida para girarme a ver en dirección a dónde mi madre me había llamado.
—¿Mamá?—La llamé, curiosa, con el rostro húmedo por una razón que desconocía, y vi a mi madre, con su traje verde con un fénix dorado sobre su pecho, y su cabello rojo, suelto y rebelde...
—Andrómeda... te he encontrado—Dijo, acercándose a abrazarme, volando... y yo caminé hacia ella con los brazos extendidos.
—¡Andy!—Escuché a Kurt gritar, pero ya era tarde...
El fuego me cubrió de pies a cabeza, envolviéndome en un capullo ardiente, pero no me quemaba, sino que era algo... reconfortante, por decirlo de alguna manera.
Cerré mis ojos, dejándome embriagar por la sensación de amor y anhelo que podía sentir en el fuego, cuando sentí una mano sobre mi hombro, y abrí los ojos para ver quién lo había hecho.
Al hacerlo, me percaté enseguida de que me encontraba en un espacio totalmente blanco, un lugar donde no parecía transcurrir el tiempo, silencioso y vacío salvo por una única persona, flotando, envuelta en un traje blanco, de cabello rojo alborotado, que estaba de espaldas a mí...
Me quejé por la sensación de dolor en mi cuerpo, y aquella persona se giró a verme, y fue entonces que mis ojos se llenaron de lágrimas.
—Mamá...—Dije, y aquella mujer que yo admiraba con toda mi alma, que amé y amaré con todo mi corazón, sonrió y se acercó a mí, acariciando mi rostro con suavidad y cariño, antes de rodearme con sus brazos...
En ése momento me percaté de cuánto había extrañado esa sensación.
—Oh, Andrómeda, mi querida niña... has crecido tanto—Dijo ella, dándome un beso sobre la frente.
Yo la miré, llorando, y con la voz entrecortada, le hablé —Mamá... te he añorado tanto, tanto tiempo... creí que nunca volvería a verte—.
Ella sonrió y me dedicó una sonrisa lastimera —Hija mía... me temo que no vine para quedarme... al menos, no como esperas—Me dijo, y yo la miré confundida —¿De qué hablas? Tú... tú vas a volver ¿Verdad? Iremos a casa juntas, con papá, los X-Men... con todos...—Dije.
Mamá negó con la cabeza, y me tomó los hombros con suavidad —Andrómeda... ¿Sabes dónde estamos?—Me preguntó, y yo miré alrededor nuestro, incapaz de decir dónde estábamos exactamente.
Negué con la cabeza en respuesta.
—Esta es la White Hot Room, también la han llamado "el corazón del Universo", es un lugar lejos del tiempo y el espacio, donde los portadores de la Fuerza Fénix coexistimos y convivimos con la Fuerza Fénix misma—Explicó mamá.
Yo estaba aún más confundida ¿Por qué estaría yo aquí, si nunca he sido portadora de la Fuerza Fénix?
Mamá sonrió y me dijo —El mundo en el que estás ahora necesita al Fénix, pero dime... ¿Podrás controlarlo o serás poseída por él? El destino del mundo, no, del Universo entero dependerá de ello—.
ESTÁS LEYENDO
An "M" between heroes
FanfictionElla, una mutante que ha vivido la tragedia, el dolor y la pérdida en carne y hueso. Él, un héroe muy reconocido y apreciado, con múltiples y fallidos intereses amorosos. Cuando ella buscaba un refugio, llegó a aquel lugar desconocido e hizo de él s...
